Te echo de menos casi cada día de mi vida y me duele que no estés a mi lado cumpliendo el sueño que ambos teníamos. No sé si aún será tu sueño. En la cama de este hostal, ya no sé siquiera si es el mío. Mi amiga mallorquina me calma desde la distancia y se reafirma en que a veces toca estar en «ciudades de paso» y que me lo tome todavía con más ganas, pensando que la aventura real viene en un par de días. A veces solo tengo pensamientos negativos, a veces rumio mucho y solo quiero estar donde no estoy, a veces pienso que soy aburrida y no tengo nada que contar, a veces solo quiero que me abracen.
Es duro irse cuando parece que todo va bien. No quiero perderme la boda de mis amigos, las ocurrencias de mi abuela, me da miedo volver y ver envejecidos a mis padres, verme envejecida a mí, perderme momentos importantes en la vida de mis hermanos, no estar presente cuando mis compañeros encuentren otro trabajo. Aunque supongo que todo es más bonito desde la distancia, que si me hubiese quedado, estaría discutiendo con mi madre, a disgusto con mis compañeras de piso, cansada de mi trabajo, triste por el frío, con ganas de viajar, sola porque no sé estar de otra manera. La gente se aleja de mí.
En el avión pienso bastante en las cosas malas, en las discusiones, en la cantidad de veces que dijimos que lo dejábamos, en los lloros, en tu indiferencia, en cuando hiciste la maleta, en cuando me ponía celosa, en cuando no me abrías la puerta de casa de madrugada, en cuando te decía cosas feas. Y me da en parte miedo que tú solo recuerdes esa parte, en las actitudes que teníamos y que no eran buenas ni para nosotros mismos ni para el otro. Me da miedo que ahora estés tranquilo y que pienses que con eso basta. Yo también estaba tranquila con aquel chico, también pensaba que eso me ayudaría, que la vida así sería más fácil, teniendo a alguien a quien quieres y que te quiere, con quien hablar al llegar a casa del trabajo, cocinar algo rico para cenar, poner música en el altavoz, ver una serie, ir a comer a algún restaurante de sushi o donde hacen un buen marisco o un buen arroz, despertar tarde, enredarse entre las sábanas, ducharse uno y después el otro, hacer alguna excursión, ir en moto a los sitios, abrazarse en la calle, enfadarse un poco, llorar al volver de fiesta.
Sin embargo, si no sientes esas ganas de morderla, de mirarla a los ojos, de decirle que la amas, de agarrarle el culo a todas horas, de llevarla a un lugar secreto, de enseñarle a bucear o a navegar, a bailar merengue y bachata, entonces quizá no es. En realidad, tú ya sabes que ahí no es, solo estás esperando a ser consciente del todo. Yo podría haber seguido engañada mucho tiempo, pero ahí estabas tú para recordarme que contigo era diferente, a mí me has eliminado de tu vida, y yo no volveré para estropearte lo que tienes, pero creo que ya sabes que está estropeado.
Marina, cuando se entera de que la chica que le gusta estuvo con una amiga suya, entra en cólera. Se siente tonta, como si hubiesen jugado con ella. Actúa con rabia y me siento aliviada al no sentirme identificada. Yo ya no actuo con esa rabia, supongo que con los años he aprendido a dejarlo reposar todo.
Me veo esperando el tren en mi pueblo. Miro las vías y me enfoco en algunas que no están oxidadas, me gusta el aire que se respira, me gusta en parte llevar el abrigo de invierno. Los únicos momentos en que mi cabeza está libre es cuando viajo en tren. Siento que no me agobio, que el tiempo se me pasa al ritmo correcto. Leo que la gente nostálgica medimos el tiempo a la velocidad a la que le crecen las uñas a los muertos. Me impacta.
Les digo que siempre encontraremos un motivo para no estar bien, me contestan que la toma de una decisión casi siempre equivale a renunciar a otra cosa. Y no quiero renunciar a nada.
Me dan ganas de escribirle a Á. antes de irme, solo para decirle que no se piense que no me importa o que no me he acordado de él en todo este tiempo, que claro que me gustaría saber qué es de su vida, pero que hice lo correcto, fui una buena ex. No le escribo, no sé si él está preparado ni si lo estoy yo.