"Mi corazón palpita como una patata frita"
Hay tantos personajes odiosos, ¿verdad? A veces tratamos de buscar los argumentos que han llevado a los guionistas en cuestión a hacerlos así, tan poco interesantes, tan "dan ganas de pasar sus escenas cuando aparecen", tan terriblemente cansinos. Pero es que es difícil entender qué pretendía hacer Faking It con un personaje como Liam Booker. Que además es algo así como co-protagonista y claro, hazte tú un planning para saltarte sus escenas sin perder el hilo de la serie. Fácil no es.En principio su rol estaba claro: ser el interés amoroso heterosexual de Karma para que pudiese establecerse una cierta guerra de ships (Karma y Liam vs. Karma y Amy) y así funcionase el triángulo amoroso de turno. ¿Cuál es el problema? Que para ello debes esforzarte en crear un personaje que sea algo más que el típico chico guapo del instituto. Sobre todo cuando al lado está Amy, que roba la serie desde el minuto uno con su carisma y con la que es imposible no empatizar. Pero no. Su competencia es un chaval egocéntrico cuya máxima aspiración en la vida es ligarse a una lesbiana (sí, eso es lo que llama su atención de primeras; sin comentarios), que va de víctima y que se queja mucho, porque es rico y guapo... No intentéis entenderlo. Él se monta sus historias y tampoco somos nadie para criticar su complicadísima psique. Ejem.
Liam "tengo un alma insondable y torturada" Booker
En la segunda temporada se ve que quisieron darle un mayor trasfondo e intentar que cayese mejor, así que inventaron una pequeña historia familiar un poco turbia. Que claro, en toda familia rica debe haber relaciones así de retorcidas porque yo que sé, es lo que toca. Y por un momento juro que me sentí mal por el muchacho. Pero no hubo más redención a partir de ahí. Liam ni siquiera fue capaz de comportarse como un buen amigo con Shane y llegó a echarle en cara que tenía secretos con otras personas y que a ver cómo podía ser eso. Liam, querido, te informo; resulta que tu mejor amigo no tiene por qué contarte todo, mucho menos si se trata de un secreto que involucra a otra persona. No eres el centro alrededor del cual orbita su vida. Que conste que esto me molestó especialmente porque siempre me pareció menos cargante en esos pequeños momentos de complicidad con Shane y creo que podrían haberle sacado mayor rendimiento a su personaje si hubiesen explorado un poco más su amistad. Al principio, en esas escenas entre ambos, Liam no me caía tan imbécil. Pero el resto del tiempo...
La única frase de Liam durante toda la segunda temporada
Quizás es mucho pedir que en una serie de 20 minutos por episodio traten de resolver estos problemas. No hay tiempo y parece que quieren seguir vendiéndonos la moto de que Liam está muy enamorado de Karma, cuando bien podrían mejorar al personaje con nuevas tramas durante sus minutos en pantalla. Más que nada porque la primera vez que intentó presentar a Karma como su novia casi le da una embolia cerebral, sudores fríos, cara de pánico... Respira hombre, no te vayas a autolesionar. Recordemos también las múltiples ocasiones en las que pidió perdón a Karma por haberle roto el corazón. Ah no, espera. Que eso jamás lo hizo.
No lo compro, lo siento. Si queréis que Gregg Sulkin siga en nómina, al menos ofrecedme algo más, señores de MTV. De lo contrario continuaré perteneciendo al bando anti Liam Booker capitaneado por Lauren; un personaje que, en oposición a él, sí supo aprovechar su tiempo en pantalla para ofrecer momentos geniales y ganarse nuestro cariño. Aunque, a estas alturas, semejante cambio en el aburridísimo Liam Booker se antoja más que complicado. Diría que imposible, a no ser que le practiquen una lobotomía. ¡Qué peñazo de tío!
Gracias, Amy