Este año decidí que quería pasar la cena de Nochebuena sentado a la mesa con los demás, y no en la cocina rematando platos. Así que, opté por preparar un menú clásico y sencillo, que me permitiese tenerlo todo listo o terminándose de hacer en el horno, y disfrutar tranquilamente de la cena.
Elegí para la ocasión un surtido de vinos bastante clásico en su origen, pero no demasiado habituales, y que acompañaron muy bien a las viandas de la cena.
Para los entrantes, Champagne Pierre Gimmonet & Fils Cuvée Cuis Premier Cru (AOC Champagne, espumoso 100% Chardonnay, Pierre Gimonnet & Fils). Un champagne blanc de blancs de color amarillo pálido, con perlaje fino y elegante. Nariz delicada, con flores blancas, cítricos, algo de bollería y puntas minerales. En boca, suave, menos seco de lo esperado, frutal, con un curioso punto salino y un carbónico delicioso. Un champagne ligero y delicado, muy bueno para empezar una comida.
No puede faltar el marisco en una celebración con gallegos, y sigo muy apegado a la tradición de que el buen marisco y el buen Rías Baixas se llevan de lujo, así que continuamos con una botella había guardado de Zárate El Palomar 2009 (DO Rías Baixas, blanco con crianza 100% Albariño, Bodegas Zárate). De color amarillo alimonado brillante. Nariz de buena intensidad, con ahumados suaves, pomelo, algo de fruta de hueso y jazmín. En boca seco, de muy buena acidez, frutal, levemente graso, llena bastante la boca y tiene un muy buen final. Un albariño muy interesante, que aún tiene vida por delante.
Para acompañar la carne, este año opté por ir a una de las DO clásicas, y serví Ogga 2004 (DOCa Rioja, tinto con crianza 100% Tempranillo, Bodegas Santalba). Vino que se presentó de color picota oscuro bien cubierto, algo apagado, con ribete granatoso. Mostró una nariz muy elegante, con cacao, madera, sotobosque y atisbos de tinta china, todo envuelto por la fruta negra muy madura. En boca se reveló suave, muy sedoso, con un punto goloso y con la acidez justa para darle vida, frutal, no demasiado largo pero muy placentero. Un vino que ya ha limado su potencia y está en un momento muy redondo de su evolución.
Terminamos, a los postres, con un vino que no conocía, y que resultó un interesante descubrimiento. Príncipe de Viana Vendimia Tardía 2010 (DO Navarra, blanco dulce con crianza 100% Chardonnay, Bodegas Príncipe de Viana) es un vino naturalmente dulce elaborado con uvas Chardonnay vendimiadas en Octubre, fermentado en barricas de roble francés 100% nuevo y con una posterior crianza de 12 meses en las mismas barricas. El resultado es un vino de color amarillo limón intenso. En nariz, notas amieladas, fruta madura, piel de naranja, flores blancas y algún recuerdo de las lías y del paso por madera. En boca tiene un dulzor agradable compensado con una buena acidez, que hace que no sea empalagoso; es untuoso y frutal. Un dulce interesante, que no se llevó nada mal con los postres navideños.
Cuatro vinos que resumiría como muy agradables de beber, y de los que quizá destacaría el champagne por su delicadeza y lo bien que se portó abriendo mesa.
Aprovechemos el momento para desear a todos unas felices fiestas decembrinas, celebren lo que celebren, y que el próximo año no sea demasiado malo con nosotros. Un abrazo a todos.