Si nos trasladamos a una isla de Noruega, nos esperamos de todo menos sol y playa, y no es extrañar, porque aun siendo otoño en Noruega las temperaturas ya son bastante frías. Pero si a todo esto le añadimos que nos trasladamos a la primera mitad del siglo XX en Noruega, muchas dudas nos asaltan. Precisamente esto es lo que nos propone Roy Jacobsen en su libro Los invisibles.
Uno de los personajes principales de este libro de Los Invisibles, es Ingrid Barroy, la cual tiene por apellido el mismo nombre de que la isla en la que nació, esa que se encuentra en la costa norte de Noruega. Esta isla es bastante singular porque se ha convertido en el refugio para la familia, para su ganado y sus cosechas y donde los sueños de los padres de Ingrid se contraponen, porque ambos quieren más hijos, pero el padre quiere una isla más grande y su madre sin embargo una isla más pequeña, pero todos, una vida diferente.
Aunque la vida se torna complicada, como veremos en la trama de Los invisibles, pero al padre de Ingrid no le falta valor y agallas para enfrentarse a la vida y tener como meta un muelle que le permita estar más conectados con el continente.
Ahora bien, en este apacible ir y venir, donde las estaciones se suceden, la guerra también tomará partido en la vida de esta familia y el contacto con el mundo que está al otro lado del continente será más traumático de lo esperado. La mala suerte llegará a la familia y la protagonista de la que os hablábamos, Ingrid, tendrá que defender su hogar y el lugar donde ha crecido.
Una novela que nos seduce por la posibilidad de trasladarnos a un ambiente totalmente ajeno, una novela que nos introduce en una realidad apenas tratada, en un mundo que vivía paralelo y ajeno a lo que sucedía aquí en Europa, todo esto lo podremos encontrar en Los invisibles de Roy Jacobsen.