En el transbordo del tren al metro en Plaza Espana (Barcelona), mientras caminaba entre la multitud, un comentario me ha despertado al instante. Un chico le decía a su companera: "Fíjate, parecen hormigas corriendo para ir a trabajar". ¿Es cierto, estamos automatizados? ¿Tenemos un rumbo definido y vivimos sin pensar a dónde vamos? ¿Nuestros pies están conectados con nuestro cerebro y actúan de forma inconsciente?
¡Sí! Definitivamente creo que somos autómatas de lunes a viernes.Una mañana cualquiera, te levantas, te duchas y arreglas, sales a la calle y, como si alguien te teledirigiera, apareces en tu lugar de trabajo dispuesto a trabajar las ocho horas (ó las que toquen) sin rechistar.El fin de semana dejamos libre a nuestro YO, que a menudo no sabe que hacer, porque está tan acostumbrado a que lo manejen que no tiene voluntad propia.
És curioso, porque ese comentario me ha desautomatizado de golpe y me ha hecho pensar en las hormigas de la exposición agro-alimentaria de la Fira de la Puríssima de Sant Boi, del pasado mes de diciembre. Eran unas hormigas hechas con tres patatas pintadas de amarillo y unos palillos en forma de patitas y otros dos de antenas. Con la carita sonriente y dispuestas sobre unas montañitas de tierra.
¿Y qué tiene que ver esto con un blog de cocina? Pues no sé, pero a mi me ha hecho pensar y no quiero ser una hormiga, quiero ser YO.
¡VIVA LA DESAUTOMATIZACIÓN!
