La gran expectación que despertó Jumanji en 1995 debido a su deslumbrante despliegue visual resultó directamente proporcional a la decepción provocada después. Una gran idea malograda por haber equivocado el camino del libro a la película. Enésimo caso en que el largometraje en cuestión es fagocitado por espectaculares efectos especiales en lugar de que estos funcionen al servicio de un buen guión.
Con esta percepción como única referencia, la perspectiva ante este remake no invitaba precisamente al optimismo. Lo maravilloso de acudir a una sala de cine dispuesto a dejarse sorprender es que el lienzo en blanco que se extiende delante puede emborronarse con garabatos y manchas informes o terminar poblado de audaces trazos y colores. Por fortuna la combinación de formas y pigmentos que ha esbozado el inspirado pintor nos ha deparado una más que agradable sorpresa.
Cuatro estudiantes con diferentes y arquetípicos perfiles son castigados y obligados a realizar una tarea conjunta en el instituto para expiar sus diversas trastadas. En el transcurso de su “reclusión” encontrarán una vieja consola de los años 90 que al encenderla los arrastrará al interior del videojuego “Jumanji”, transformando a cada uno de ellos en el personaje escogido para iniciar la partida.
Magníficas ideas como la transmutación de la versión clásica de tablero en una aventura conversacional permiten al libreto dar rienda suelta a su vena cómica de modo que cada carácter encuentre prácticamente su opuesto en su alter ego cibernético. Así el típico empollón retraído se transforma en el osado y cachas Dwayne Johnson (su personalidad y su capacidad para la autoparodia, impagables); la rebelde, inteligente, pero inadaptada en guerra con todo el mundo, pasa a ser un despampanante y atlético clon de Lara Croft; el jugador estrella del equipo de baloncesto aparece convertido en el retaco e hilarante contrapunto del héroe y la rubia cañón encantada de conocerse a sí misma…
Las referencias, inagotables. El club de los cinco constantemente por aquí y por allí, las Ray Ban de Top gun, el Baby I love your way que escuchamos en Reality Bites como tronchante y recurrente acompañamiento y todos los convencionalismos de los arcades en los que hemos dejado cientos de monedas o que hemos cargado con una cinta de casette en nuestros ordenadores, con un recuerdo muy personal a la irrepetible versión para máquinas recreativas del Trivial Pursuit y sus extravagantes avatares.
La tecnología digital, el montaje, la fotografía, los efectos de sonido, la excelente banda sonora y un reparto equilibrado subordinados a un magnífico texto. Una cinta de aventuras excelentemente escrita que ha sabido superar a su predecesora poniéndola al día y en la que no falta un punzante y acertado sentido del humor sin dejar de lado otros aspectos, que aprendimos aporreando teclas o descoyuntando joysticks, como la importancia del trabajo en equipo y de las habilidades que pueda aportar cada miembro del grupo para superar adversidades. Ah, y como no podía ser de otra manera, con la guinda final de los Guns N´ Roses.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright imágenes © Matt Tolmach Productions, Radar Pcitures, Seven Bucks Productions, Sony Pictures Entertainment. Cortesía de Sony Pcitures España. Reservados todos los derechos.
Jumanji: Bienvenidos a la jungla
Director: Jake Kasdan
Guión: Chris McKenna, Erik Sommers, Scott Rosemberg y Jeff Pinkner, basado en el libro Jumanji de Chris Van Allsburgh
Intérpretes: Dwayne Johnson, Karen Gillan, Kevin Hart
Música: Henry Jackman
Fotografía: Gyula Pados
Duración: 119 min.
Estados Unidos, 2017
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