Revista Ilustración
en el centro de tu andar Leiva.
Las luces encaladas del patio,
el atardecer de Soroya
sobrevuela el Océano
y las mantas cálidas
se convierten en pegamento,
en alambre de espino
que impide el abandono,
la resurrección de la carne
y la conversación divertida
destruye los minutos
con velocidad indisimulada.
Tal vez deberíamos dormir, pienso
y pienso en el Seat Ibiza
y puede que también en los despertadores:
calcetines con chanclas made in Germany
or British or Chinesse
en el restaurante, frente a tu ventana
donde llovieron piñas
y confetti
donde el terremoto
se concentró tanto
que conocimos el Olimpo,
el Partenón
y las luces blancas
que alumbraron el regreso
Seguros, para entonces,
de que el viaje,
en parte ya desandado,
no había hecho más que
comenzar.