Revista Decoración

Novedades desmesuradas: Escribe. Emociona. Vende

Por Paula Lesina
Novedades desmesuradas: Escribe. Emociona. Vende
Planificar contenidos y organizar rutinas es el signo desmesurado de este mes de diciembre. El fin de un ciclo genera tal sensación de proximidad con la novedad que nos sentimos capaces y con ánimo de afrontar todos los desafíos de la nueva etapa.
En mi caso personal, el 2015 supuso una montaña rusa emocional, "quebrantos" de salud y finalmente, una decisión que cambió todo mi mundo. Y lo más importante, en cierto sentido, me cambió a mí. Desde ya te aviso que este post tiene tono intensional y que, de pronto, no es el contenido que esperabas para un miércoles. Sin embargo, por el escaso tiempo que queda del 2015, puedo permitirme el capricho. Todavía no soy tan "pro" como para preocuparme por las digresiones en el calendario editorial.
Así que si no estás de ánimo para intensidades, te sugiero que busques otro click porque el texto que llega es más una reflexión sobre el camino hacia la profesionalización que una recopilación útil de consejos para que escribas tu blog.

El síndrome del objeto brillante.


Alguna vez mencioné que nunca había encontrado expresa, la hoja de ruta de una bloguera que se transforma en profesional y que era mi voluntad escribirla. Exponer el "lado B" de emprender con un blog, la arista menos amable de buscar concretar un proyecto personal escribiendo en una plataforma de contenidos. Este es uno de esos post. De los que te cuentan la experiencia humana detrás de un proceso que, a la distancia, no tiene sobras aparentes.
Sin embargo, sombras las hay... y muchas. Para ninguna de mis lectoras es un secreto que, inicialmente, no contaba con el apoyo de mi familia. Durante meses, me sentí impotente de no poder compartir lo que estaba sintiendo porque la respuesta era un silencio de incomprensión. Como sintetizó no-marido cuando le planteé mi decisión irrevocable: "Está bien. Pero tenés claro que es muy difícil de entender para cualquier otra persona que no seas vos".
Cuando llegamos a este punto ya me importaba poco quién podía entender o no mi decisión. Yo había trazado una hoja de ruta y una desmesurada decidida no es poca cosa. No sé si a vos te pasa pero en mí es una constante: me cuesta desprenderme de una historia aunque esté agotada...sin embargo, cuando comprendo que llegó el momento de cerrar un ciclo y vislumbro hacia dónde y cómo caminar, tengo tal determinación que yo misma me asombro.
Estos últimos meses estuvieron llenos de esa emoción. Del entusiasmo y el asombro constante de vencer mis propios límites psicológicos. Es también verdad que estas últimas semanas han sido agotadoras. Llevo más de 12 horas diarias de aprendizaje y trabajo, poniendo en orden tres proyectos que quiero que crezcan en el 2016.
Sería más sabio y prudente concentrarme en un proyecto a la vez porque sufro de lo que Justine, mi mentora en todos esos aspectos técnicos de la vida online a los que me cuesta acceder (una es mujer de letras...) llama el "síndrome del objeto brillante". Me dejo tentar fácilmente por las trampas de la distracción y suelo perder enfoque por superabundancia de ideas. A mí, se me ocurren ideas incluso cuando duermo. Literalmente. Y esto no tendría un matiz negativo si no significara que todas me parecen igualmente atrayentes y que, como soy una iniciadora nata, necesito ponerlas en rodaje lo más pronto posible. Ergo...pierdo concentración porque disipo energía en diversos proyectos.
De todos esos edificios que construyo mentalmente, hay tres que tienen relevancia superior para mí y a los que no puedo renunciar. Seguí la sugerencia de no distraerme con objetos brillantes pero a mi manera desmesurada: decidí concentrarme en dos -posponer el tercero- y concentrarme exclusivamente durante seis horas al día en cada uno de los elegidos.
Comprenderás que luego de dos meses de este ritmo el entusiasmo de comenzar a ver resultados corre paralelamente al agotamiento físico. Es una mezcla rara de cansancio esperanzado y entusiasmo por el porvenir pero...estoy comenzando a vivir los efectos menos amables de tener un blog pro, entre ellos, la carencia de tiempo para disfrutar de la visita a otras amigas blogueras. Intento hacerlo semanalmente pero ocasionalmente y hasta que no se invente un desfragmentador temporal o algo por el estilo, mi día no rinde para todo lo que quisiera. Tener un intenso de seis años y un marido que apenas sube la temperatura comienza la migración hacia la playa...no es precisamente el panorama más contemplativo respecto a la organización cotidiana en mi hogar.
Aunque estoy cansada, también es cierto que mis dolencias anteriores se fueron con la decisión de hacerme cargo de mi deseo de crecer como bloguera pro. A ver, mi vesícula sigue siendo un apéndice deforme que, cuando se siente sobrecargada, explota y me deja de cama pero...ni alergias, ni dolores de cabeza, ni fiebres inexplicables. Mi tratamiento fue tomar una decisión y tener el mejor grupo de alumnas del mundo mundial no es un detalle menor.

Proyecciones y sueños para el 2016.


Es probable que quieras conocer un poco más de estos proyectos que menciono y cómo hago para mantenerme despierta y organizada con tantas ideas dando vueltas. En fin, eso voy a intentar responderlo en el webinar del jueves 17 de diciembre junto a Estíbaliz López y Miss Agendia Limón. Si querés más información al respecto, podés pasar de visita por el grupo Yo escribo un blog y ya que estás, te unís en una comunidad que comprende que los blogs no se "tienen", se "escriben".
También voy a irte contando poco a poco los planes desmesurados para el 2016, pero por ahora voy a hacer un acto de contención porque este tipo de post cuando son eternos...no tienen nada de seductores. 
Claro que no pienso irme sin contarte dos cosas: la primera, es que me mudo de casa virtual y Esti es la responsable de hacer realidad esta mudanza y la segunda...es que en enero se abre la versión definitiva de mi primer programa de formación para Blogueras. Revisado, reformulado, afiliado y todos los "ados" que se te ocurran. Pero fundamentalmente, "aprobado" por nueve alumnas maravillosas a las cuales no me voy a cansar nunca de agradecer. 
¿Te interesa saber algo más de este programa? Si te va la desmesura, podés anotarte en la lista de espera del mini-curso gratuito siguiendo este enlace: Escribe. Emociona. Vende. ¿Nos estamos leyendo?

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