Lo reconozco, he sido una madre colgona y no porteadora. Y la diferencia entre ambas es abismal, sobre todo para el bebé. Así que, por si acaso aún no te has enterado de que la famosa mochila Baby Björn que se regala y presta entre familias (así llegó a nuestras manos) no es beneficiosa para el bebé, estás a tiempo de rectificar. Nosotros lo hemos hecho y, en estas cosas, más vale tarde que nunca.
Cuando nació mi hijo nos dejaron la Baby Björn, esa mochila comercial que se vende en todos lados y que se presenta como ergonómica y segura, pero que no lo es tanto. Es una mochila colgona, que deja al bebé colgando de sus genitales, que no le ofrece una postura adecuada (fuerza su columna) y que, además, reparte mal el peso y carga al porteador.
Un buen portabebés (cualquiera de ellos, fular, mei-tai, bandolera de anillas…) o mochila ergonómica hace que el bebé mantenga su postura natural, la que tiene en el útero: la espalda en C y las piernas como una ranita (aquí más información sobre esta postura) o formando una M y siempre con el cuello sujeto. Evita la displasia de cadera y hace que el bebé se encuentre a la altura necesaria de quien le portea, cerca del corazón y el pecho.
Y por si fuera poco, llevábamos a nuestro bebé mirando hacia el mundo, sobreestimulándolo, como en la foto. (Si quieres más información sobre por qué no llevar a tu bebé mirando hacia afuera pincha en este enlace de Portakanguritos).
Kate Hudson, en una imagen de Internet, porteando mal a su hijo
Usamos la Baby Björn durante los primeros meses de vida de mi bebé, aunque en pocas ocasiones, afortunadamente. Solía volver del paseo agotado y nervioso. A partir de los seis meses, cuando ya había ganado más peso, dejamos de llevarlo en la mochila porque nos dolía la espalda y se nos hacía prácticamente insoportable. Por supuesto. Las mochilas de este tipo son incómodas porque el niño va más abajo de lo que debería, se cargan las lumbares de quien portea y acaba siendo muy molesto.
Cuando descubrí la diferencia entre colgona y porteadora, creía que ya era tarde para rectificar, pero descubrí una mochila que podía servirnos, la Boba Air. Con 19 meses que tiene ahora mi hijo, buscábamos algo económico y para usar en ocasiones puntuales (un paseo por el monte o por la playa), fácil de usar para que pueda subir y bajarse de la mochila cuando quiera y sobre todo que ocupe poco espacio. Esta mochila cumple estos requisitos, es sencilla y cómoda, aunque como no tiene los tirantes reforzados molesta en el cuello después de un rato (no es para largos paseos)
porteo, mochila Boba Air azul, San Fermín, bebé
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Mi experiencia ha sido muy buena: he vuelto a tener a mi bebé en el pecho, a la altura de su cabecita, para darle besos; cantándole bajito y meciéndolo, pero con los brazos libres. Aunque él intentaba volverse y girarse todo el rato para ver el mundo. ¿Quizá hayamos empezado tarde a portear? ¿O nos hace falta un poco más de tiempo para acostumbrarlo? Tenemos pendiente llevarlo a la espalda, por si en esa postura está más conforme.
¿Alguien más que haya dado el paso de colgona a porteadora? ¿Los bebés mayores aguantan bien en el portabebé?