Hay un libro que nos está esperando, lleno de increíbles aventuras, de insospechadas sorpresas, de grandes riquezas, de paisajes imposibles … Lo más sorprendente es que nosotros mismos somos el protagonista. ¿Cómo es ello posible ..? Pero aún hay una sorpresa mayor: ¡también somos su autor! Si es así … ¿por qué no recordamos nada de él …? En realidad, olvidos como éste lo experimentamos todos los días cuando al levantarnos no encontramos en la memoria nuestros sueños. Vivimos realidades diferentes que nuestra mente separa y que nuestra educación distancia aún más todavía. El libro en cuestión está escrito en un idioma que no nos enseñaron en la escuela, para leer en él hay que cerrar los ojos, relajarse y abrir esa puerta de nuestra mente que nos conecta con otras realidades: la imaginación. Un gran creador no es más que una persona que ha aprendido a leer en este libro, nutriendo a su mente consciente con las ideas escritas en él. Su lectura nos pone en contacto con nuestra esencia, pues esa es la parte verdaderamente creadora en nosotros. Imaginar es encontrarnos a nosotros mismos, leernos por dentro. Cuando la educación renuncia a fomentar la imaginación está alejando a las personas de su ser, está permitiendo el analfabetismo en el “conócete a ti mismo”. Educar entonces no es “sacar de dentro”, sino sólo instruir. Esta postura hace que una gran cantidad de personas se hagan dependientes de unos pocos creadores –los llamamos genios- y de los gestores de sus creaciones, es la creatividad piramidal. Cuando se habla de justicia social habría que empezar a incluir el derecho a aprender a imaginar, a ser creativos. Una sociedad en la que todos supiésemos leer de “nuestro libro” sería, sin duda, abundante en todos los sentidos. Pero no habitemos el victimismo, aprender a leer se puede hacer de una forma autodidacta. Nuestro propio libro de creaciones espera que cerremos nuestros ojos y le abramos nuestra imaginación. Querido lector, tus propias creaciones, tus sueños incluidos, esperan tu lectura, todo lo que tú mismo escribiste en tu libro te aguarda. ¿Vas a dejarlo allí …o lo vas a estudiar atentamente para vivirlo aquí …?