Desde la cosmología cada vez es más común plantear que el hasta ahora asumido principio del Universo, no sea, precisamente, el principio. En la década de los noventa del pasado siglo XX, Lee Smolin físico teórico dedicado al estudio de la gravedad cuántica y la cosmología proponía un atrevido modelo según el cual nuestro Universo no sería el único sino que seria hijo de otro Universo anterior, es más, Smolin proponía que de cada agujero negro surgen nuevos Universos que a la larga quedan desconectado de sus “progenitores”. El modelo de Smolin incluye una especie de selección natural cosmológica según la cual los Universos que mejor capacitados estén para generar agujeros negros serán los más abundantes ya que estos son los que más Universos generarían. En 1997 salía publicado el libro Life of the Cosmos, libro de divulgación escrito por el mismo Smolin, donde explica su modelo de selección natural cosmológica.
Ayer lunes salía publicado en la revista Physics Letters B un trabajo del físico Nikodem Poplawski de la Universidad de Indiana, que lleva por título Radial motion into an Einstein–Rosen bridge, en el mismo, Poplawski propone un mecanismo físico por el cual sería posible la aparición de universo a partir de un agujero negro. Dentro de los agujeros negros se generaría un agujero de gusano o puente de Rosen-Einstein, dicho agujero de gusano acabaría dando lugar a otro Universo, es decir, nuestro Universo podría haberse formado en el interior de un puente de Rosen-Eisntein a partir de la formación un agujero negro en otro Universo. Algo que encaja con la hipótesis mantenida por Lee Smolin. Dicho modelo podría explicar porque la gravedad es tan débil, y explicar la propia expansión del Universo como resultado del hecho de haberse formado dentro de un agujero de gusano.
En Science se hacen eco de la aparición del artículo en Physics Letters B, y recogen la opinión de dos expertos en cosmología, mostrando que el artículo genera diversidad de reacciones, por un lado el cosmólogo Martin Bojowald de la Universidad estatal de Pennsylvania, le parece que la forma en la que se trata la gravedad para la formación del agujero de gusano es un tanto artificiosa y duda de que el estudio pueda tener alguna implicación más allá de la teoría. Por otro lado Eduardo Guendelman de la Universidad de Ben-Gurion, Israel, considera que la forma en la que se describe la unión de los dos Universos en el artículo es muy instructiva.
Sea como fuere, lo cierto es que en la cosmología teórica algo se está moviendo, cada vez aparecen más modelos proponiendo que el Big Bang no fue el inicio de todo, sino que nuestro Universo procede de otro anterior, algunos de ellos se basan en la teoría de cuerdas otros en la gravedad cuántica de lazos, otros en las predicciones que hace la cosmología inflacionaria. La clave para saber si alguno de estos modelos es correcto reside en las ondas gravitatorias que se habrían generado en los primeros instantes de nuestro Universo, las cuales tendrían unas frecuencias e intensidades diferentes dependiendo de cómo apareció nuestro Universo. Hasta que consigamos medir esas ondas gravitatorias, ya sea directa o indirectamente, seguiremos sin poder discernir que hay de cierto, o no, en estos modelos cosmológicos.
Ismael Pérez Fernández