Revista Economía

Nueva economía en el siglo XXI

Publicado el 24 agosto 2013 por Indignado @gritopoliticoes

La amarga coyuntura económica que atraviesa nuestro país, derivada del fracaso de un modelo insostenible que se había convertido en pilar sustentador de la economía española, y sumado a la escasez de una potente industria nacional, nos conduce necesariamente a un análisis futuro de nuestra proyección económica como Estado moderno y avanzado.

Es primordial realizar un análisis para establecer nuevos ejes en los que basar nuestro presente y futuro económico, así como incentivar la potenciación de aquellos más productivos y ya en auge. Necesitamos una economía sostenible, respetuosa con el medio ambiente, equitativa, duradera y accesible.

El primer foco hemos de situarlo en una industria nacional en constante crecimiento: el turismo. Es primordial apostar por un turismo de calidad y orientar la actividad de todas las administraciones a este sector atractivo, productivo e ineludible. Mejorando su oferta y servicios, especializando personal y aprovechando nuestro enclave privilegiado y recursos naturales atractivos. Con 59 millones de turistas en el 2012 , España es el primer país vacacional del mundo. Esta industria privilegiada y en auge es una oportunidad futura y con garantías para toda la nación. El turismo trae consigo resultados para con terceros, especialmente al sector servicios, quien se ve beneficiado y consolidado gracias a él. Por ello, apuesta segura es la ampliación y mejora de nuestra oferta turística a todos los niveles.

Otro foco importante donde es necesario hacer hincapié es el de las energías renovables. Es necesaria una apuesta clara y continua por las energías limpias, desmarcándonos progresivamente de las no renovables y violentas con nuestra naturaleza. Por tratarse de la energía del futuro, ser respetuosa con el medio ambiente y caminante junto a la investigación y el desarrollo, debe convertirse en futuro pilar fundamental y sustentador de nuestra economía. España debe liderar la producción de energía renovable, especialmente eólica y solar aprovechando nuestro enclave geográfico. Preparación profesional y educacional en esta nueva y necesaria producción y extracción de energía se convierte en un reto futuro para una apuesta segura y  beneficiosa para el ser humano en su conjunto.

Junto a las energías renovables es primordial la continua inversión en I+D+I, que además las complementa con sus avances. Una inversión de futuro, fiable, beneficiosa no solo para el país, sino además para la humanidad por sus positivos resultados en el largo plazo. Debemos aprovechar el potente capital humano interno para destinarlo a investigación, desarrollo e innovación y más aun en la actualidad con la presente sociedad tecnológica, avanzada, en constante maduración y progreso. España no puede quedar atrás, debe especializarse e intentar ser puntera en I+D+I y que dejen de marchar mentes brillantes de nuestro país a investigar a otros lugares por no querer invertir en I+D+I.

Futuro económico

Como sociedad en constante progreso, debemos modernizar nuestra administración. Las gestiones administrativas deben ser más autosuficientes para los ciudadanos así como mejorar su eficacia. La economía del futuro exige una administración más eficiente y moderna que desde la transparencia de respuestas al ciudadano. Administraciones orientadas a la formación, inserción laboral, modernización y adaptación turística de su ámbito territorial competente y al  útil servicio del ciudadano.

Ello será posible con un avance de las tecnologías de la información y la comunicación (TICS). El manejo de internet para relaciones personales y profesionales va en aumento, es una obviedad. Esto obliga a una modernización de la administración y del tejido empresarial. Es fundamental que el Estado apueste por las TICS, colaborando en la formación de  ciudadanos y contribuyendo a una conversión tecnológica de nuestras empresas. Las relaciones del futuro no se conciben sino es bajo la óptica de las plataformas en red y las oportunidades que ésta ofrece. La formación ciudadana es fundamental para el libre desarrollo en provecho de esta ventana de oportunidades.

Otra salida futura de nuestra economía, pasará, sin lugar a dudas, por apoyar la internacionalización de nuestras empresas, para que extender sus redes por otros países suponga un beneficio para la misma y por ende una mayor inversión, aumento de personal y resultados óptimos para el entorno de la misma.

No deberán descuidar  las administraciones la facilitación del emprendedurismo y talento aplicado a la empresa como salida a nuevos, innovadores e interesantes proyectos. Desde niveles educativos considerables se ha de orientar a los y las jóvenes así como auxiliarles ante ambiciosos proyectos empresariales que les ilusione desarrollar. No sabemos qué puede esconderse tras cada mente pero si hubiera algo portentoso, sobran trabas que impidan ejecutarlo.

Pese a dedicar especial atención a estos ejes económicos, se ha de mantener y mejorar industrias y sectores actuales reconvirtiendo algunos y apostando por otros como nuevas vías económicas. En relación con el ‘temido’ ladrillo, ya solo nos queda de cara al futuro elaborar un modelo basado en el intelecto y racionalidad para gestionar los gastos e infraestructuras. Un urbanismo sostenible y respetuoso, donde la ambición  y la codicia dejen paso al uso racional y moderado de su desarrollo. Otra modernización importante será la de nuestra agricultura, que como país exportador debemos mejorar. Una apuesta agrícola futura, es sin duda la agricultura ecológica que ya se presenta como alternativa segura y respetuosa.

Será necesaria, por tanto, una adecuación futura y progresiva del sistema educativo hacia las nuevas demandas y salidas profesionales. Una Formación Profesional orientada y especializada en los nuevos sectores productivos y ejes desarrollados, y una Universidad Pública con más práctica y preparación profesional. Además, resulta necesario un fortalecimiento de la administración y de los servicios públicos, que deberán ampliar sus redes y servicios con el consiguiente beneficio a la sociedad tanto directo como indirecto.

Quizás ni yo ni nadie podamos predecir qué deparará el futuro económico en un sistema que ya ha sacado a relucir sus fallos, pero sí deseamos que ese modelo económico se sustente en unos pilares firmes. La igualdad de género y de trato en las relaciones profesionales –y humanas-  será un desafío que la humanidad conseguirá lograr, junto a ello, todos anhelamos una economía moderna, respetuosa y sostenible, capaz de dar cabida al gran talento humano y que anteponga el interés general al particular.

La avidez propia de los gestores económicos, magnificada con la burbuja especulativa, ha de dar paso a un nuevo concepto de nuestro sistema económico. Nuevos ejes, nuevas industrias, y nuevos retos asoman para una economía, que será de nuevo, de la gente.

Mientras tanto, nosotros, formémonos y preparémonos para el futuro.


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