Lo confieso. Hacía años que no entraba por aquí. De hecho he tenido hasta miedo de no recordar la contraseña. Pero algunas cosas se han hecho tantas y tantas veces que, aunque parezca mentira, al final no se olvidan, por mucho tiempo que haya pasado.
Me encuentro de nuevo en la sala de control del Telescopio Anglo-Australiano. Los años siguen pasando y aquí sigo luchando. ¡Tantas cosas que me gustaría contar! En el último par de años mi desconexión de la divulgación astronómica, particularmente en español, se ha dado por dos motivos.
El primero fue que, por cambios internos dentro del Australian Astronomical Optics (AAO, desde julio de 2018 un departamento dentro de la Facultad de Ciencia e Ingeniería de la Universidad de Macquarie), la divulgación dejó de valorarse como importante. Es más, se nos pidió explícitamente que la minimizáramos, mejor, que no hiciéramos divulgación. También que "no dedicáramos tanto tiempo a eso de hacer ciencia", que lo importante era centrarse en instrumentación y moverse a temas de satélites espaciales y aplicaciones fuera de la Astronomía. Tanto fue así que incluso la investigación pasó a segundo plano y buena parte la he tenido que hacer en mi tiempo libre en el último par de años.
Y es ahí donde entra el segundo motivo: también en mi tiempo extra (no de trabajo formal, esto son, de las 7 horas que supuestamente debería trabajar en instrumentación al día) entró la coordinación de la asociación de Investigadores Españoles en Australia-Pacífico (SRAP, Spanish Researchers in Australia-Pacific), de la que soy presidente desde noviembre de 2021. También mucho que contar sobre esto, con muchas satisfacciones pese al tiempo que a veces he tenido que echar (y el bombardeo de emails).
Pero, afortunadamente (y tras una etapa de bastante frustración e incluso incertidumbre), desde el 22 de mayo de 2023 he pasado a ser académico de la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas, también dentro de la Facultad de Ciencia e Ingeniería de la Universidad de Macquarie, y dejado el AAO, el que ha sido mi instituto durante los últimos casi 13 años. Con ello he ganado mi libertad académica, de nuevo se valora (y mucho) tanto la investigación como la divulgación, y podré dar clases y estar más cerca de los estudiantes.
No es una plaza fija aún, pero por lo menos tengo algo de estabilidad asegurada hasta finales de 2026... Ya tendré 50 años entonces... pero ahí seguiré intentando encontrar mi lugar en lo que ha sido mi pasión de toda la vida, dedicarme a la investigación astrofísica y a comunicar todo lo que pueda sobre el Universo que nos rodea.