Uno de los aspectos trabajados en el curso del INTEF de “El tutor en Red” es el estudio de la comunicación, tanto la comunicación asíncrona como la síncrona. La existencia de Internet nos ha permitido nuevas formas de comunicarnos que se han instalado ya en nuestro día a día. Dos formas de comunicarnos con la síncrona y la asíncrona. Personalmente prefiero la asíncrona porque permite mayor reflexión y profesionalidad, adjuntar archivos y recursos que has podido buscar para preparar una respuesta, sin embargo, pierde la naturalidad típica de la comunicación síncrona, más típica del chat o de los teléfonos móviles.
La síncrona se puede utilizar especialmente entre alumnos para aspectos de organización de trabajos o tareas; mientras que la asíncrona es más utilizada en diferentes contextos: debate en foros, introducción de contenidos, explicación del curso, mensajes de ánimo, recordatorio de tareas, pedir ayuda, resolver dudas, etc. Estoy convencido de que con ambos tipos de comunicación se pueden transmitir los conocimientos que se trabajan en estos cursos, además se pueden completar con Podcasts o vídeos, que también son formas de comunicación asíncrona, y sirven para trabajar aspectos más prácticos. El siglo XXI supone una revolución en la enseñanza, pero el docente seguirá siendo necesario, independientemente de cuál su forma de comunicarse.
Algunos compañeros ha incidido en la novedad de este tipo de comunicaciones como los chats o los foros, aspectos que hace una década prácticamente no tenían cabida en la educación. Se ha reflexionado también sobre la capacidad del profesorado de adaptación a estas transformaciones, e incluso de los aspectos positivos y negativos de tener una capacidad de comunicarse en todo momento. La conclusión a la que hemos llegado algunos compañeros del curso es que hay que coordinar los dos tipos de mensajería para lograr ser un buen tutor en red, siguiendo las funciones de las que hablaba en la anterior entrada.
En cursos en red es absolutamente necesaria la comunicación, pero también en cursos presenciales a los que estamos acostumbrados en la ESO o el Bachillerato. El correo electrónico, los blogs, el uso del Moodle, del Google Drive, entre otros, permite comunicarse con el alumnado. Incluso hay docentes que ya se atreven a crear grupos de Whatsapp o de Telegram, opciones que en mi opinión son más arriesgadas y necesitarían de una profunda reflexión y unas instrucciones de uso para el alumnado. Porque, ¿hasta qué punto sería positivo mantener una comunicación persistente en el tiempo con alumnos de 4º ESO? ¿No sería más educativo fomentar la atención en clase y fijar los momentos en que es posible comunicarse con el docente? ¿No ocasionaría un esclavismo hacia la comunicación continua, incluso una dependencia? Son aspectos sobre los que debemos reflexionar.
Fuente: https://web.whatsapp.com/
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