En ocasiones, al pedir vino por copas en un restaurante, se nos ofrece una escueta lista de un blanco, un tinto y un rosado, o directamente se nos sirve el único vino por copas de la casa. A veces, en lugar de decidir pedir una cerveza o agua, nos animamos a probar lo que se nos oferta. Y, en ocasiones, nos llevamos una agradable sorpresa.
Este sábado, cenando en el restaurante de un hotel de Valencia, al preguntar si tenían vino por copas, se nos ofreció un "tinto de Tempranillo y Cabernet Sauvignon" y un "blanco de Chardonnay", sin más datos. Nos animamos a probar el tinto, y descubrimos un vino muy rico, del que merece la pena tener alguna botellita en casa.
El vino es cuestión fue un Nuviana Tempranillo/Cabernet 2008 (DO VT del Valle del Cinca, Tinto con crianza, 65% Tempranillo y 35% Cabernet Sauvignon, Nuviana). Intenso picota oscuro, bien cubierto, con ribetes granate. Aromas muy agradables, de buena intensidad, con fruta negra madura, especia (pimienta) y notas ahumadas. En boca es un vino con cuerpo, sedoso, con un retronasal frutal y especiado y un final muy agradable.
Un descubrimiento, los VT del Valle del Cinca, de cuya existencia no tenía conocimiento, y un tinto que, si bien no es un vino de los que nunca puedes olvidar, si que resultó muy agradable y apetece repetir.