Revista Cine
Sí señor, sí señor, que cantaban los Leño. Al fin una buena noticia entre tanta mediocridad política-económica-laboral. Y es que aunque a mi el tema de los Oscars ni fu ni fa, si se hace justicia son tan válidos como otra herramienta cualquiera.Hace más o menos un año que contábamos por aquí las peripecias de la película O Apóstolo, que pese a tener muy buena acogida crítica y obtener numerosos premios internacionales, había pisado bien poco las carteleras nacionales (ver enlace). Pues bien, ahora salta la noticia de que ha sido seleccionada para optar a la mejor película de animación en los Oscars. Como bien decía Mrs. Gibson en los comentarios a aquella entrada, en este nuestro país parece que si no te valoran fuera aquí no te hacen ni caso, dándole valor al dicho "nadie es profeta en su tierra".A pesar de que la competencia será feroz, le deseo lo mejor al Apóstolo y sus creadores, no por el premio en sí, sino para que le den en las narices a unos cuantos de los que hicieron posible que ni yo ni otros tantos pudiéramos verla en los cines. A lo mejor dentro de unos meses les toca reponerla y tragarse sus acciones, cosa que seguro les importa tres narices. Ojalá estas situaciones duren poco y deje de dolerme ya este país que me duele casi desde que tengo uso de razón para darme cuenta de ello. ¡Suerte Apóstolo!