Revista Empresa

Obediencia y GPS

Publicado el 26 enero 2011 por Igilval

El otro día iba al aeropuerto y mi TomTom me dio una ruta equivocada. Como me di cuenta, decidí no hacerle caso.

Así que giré a la izquierda en vez de girar a la derecha y enseguida oí a MariMerche (así llamo a la voz que sale de mi TomTom), intimidándome, suplicándome que tirara para la derecha.

Y tengo que confesarlo. Me sentí fatal. Estaba desobedeciendo. No seguía las instrucciones.

Si has llegado al extremo de sentirte incómodo por desobedecer a una pantalla de 4 pulgadas, entonces no hay duda, te han lavado el cerebro. No hay ningún problema (de hecho posiblemente sea muy productivo) en no hacer caso a lo que te diga tu TomTom, tu jefe y el resto de gente que trata de influenciarte en tu vida. Ignórales si quieres.


Volver a la Portada de Logo Paperblog