Una vez terminado el grueso de los cambios que quería introducir en el blog vuelvo con una entrada que espero resulte de interés. Esta vez se trata de comentar un artículo de neurociencias con el que me he encontrado ojeando Nature Neuroscience. En este trabajo, Paul M. Johnson y PaulJ. Kenny estudian los receptores D2 de dopamina (DA) en la ingesta compulsiva de alimentos y en la disfunción de la recompensa de tipo adictiva en ratas obesas. La DA es el neurotransmisor principal en las neuronas dopaminérgicas y activa 5 tipos de receptores: D1, D2, D3, D4 y D5. Los autores citados más arriba han encontrado que el desarrollo de la obesidad se asocia con la emergencia de un empeoramiento progresivo del déficit en las respuestas neuronales de recompensa. Además se consideran cruciales cambios similares en el desencadenamiento de la transición de la toma ocasional de drogas a la compulsiva; esto es, cambios en la homeostasis de la recompensa inducida por cocaína o heroína. Estos cambios subyacen, por tanto, en el proceso de adicción al consumo de drogas. De acuerdo con esto, los autores han detectado un comportamiento compulsivo en la ingesta de comida en ratas obesas y que los receptores D2 de DA estriatal (D2Rs) también están regulados a la baja en ratas obesas, algo ya encontrado en personas adictas al consumo de drogas. Esto, a su vez, se relaciona con un artículo que publiqué el año 2001 con el Dr. Enrique Echevarría en el que encontramos disminución en la expresión de receptores D2 de DA en el cuerpo estriado del cerebro de ratas a las que les administrábamos anfetamina de modo crónico.
En resumen, estos datos demuestran que el consumo excesivo de alimentos agradables desencadena respuestas neuroadaptativas de tipo adictivo en los circuitos cerebrales de recompensa que conducen al desarrollo de ingestas compulsivas. Digamos a modo de prevención y para evitar caer en la obesidad que no hay que repetir excesivamente el consumo de aquellos alimentos que más nos gusten, pero bueno esto ya se sabía o se intuía sólo que ahora se están encontrando las bases fisiológicas que hay detrás de estos comportamientos. Además, y a modo de conclusión parece ser que debajo de la obesidad y la adicción al consumo de drogas pueden subyacer mecanismos hedonistas comunes.
Un saludo