El viejo cobertizo de hojalata sirvió de inspiración al arquitecto.
Desmontaron el antiguo hierro corrugado y lo colocaron sobre la nueva obra.
Desde fuera no ha cambiado mucho.
Pero arriba brotó una gran ventana que inunda de luz el interior.
Materiales en crudo y ese aspecto industrial afuera,
que no tiene nada que ver con el cálido suelo de madera dentro.
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