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Ohayou gozaimasu, Amaterasu Omikami

Publicado el 02 agosto 2013 por Fimin

02 de Agosto del 2013 | etiquetas: Anime, Japón, Mitología

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¿Qué sería de las historias de hoy en día sin la mitología? Los mitos fueron las primeras grandes historias de la humanidad, y sin ellos, sería imposible entender las actuales. La mitología occidental está puramente asentada en la mitología griega y romana, y posteriormente en la religión católica, teniendo todas ellas muchos nexos en común que tratan de dar sentido a todo aquello que el ser humano no podía explicar. Hoy han quedado relegados a simples historias, pero su penetración en nuestra cultura permanece imborrable. 

En la tierra donde el Sol nace, pueden presumir de tener una de las mitologias más ricas y únicas del mundo, altamente vinculada al sintoísmo, que sigue siendo la religión mayoritaria en Japón, por lo que aún tiene muchísimo más peso que aquí. En el post de hoy nos va a doler tan solo añarar la superficie de tan vasto mundo de mitos, pero esperamos hacer un buen resumen para no iniciados de la mitología japonesa y  así explorarla a través de nuestro catálogo.

En el principio del mundo

El principio del universo y de todas las cosas se recoge en el primer libro japonés jamás registrado, Kojiki, fechado de 712 d.C. Narra que al principio, en el universo solo había silencio, pero de repente unos sonidos empezaron a agitar a todas las partículas. Estas se dividieron y formaron tanto el Cielo como la Tierra. En el cielo, o Takamagahara se formaron los primeros dioses de la mitología japonesa.

La creación de Japón: Kuniumi

Ohayou gozaimasu, Amaterasu Omikami

Los dioses Izanagi No Mikoto (el hombre) e Izanami No Mikoto (la mujer) son los responsables de la creación del archipielago japonés. Con una lanza naginata, fueron al puente que unía la Tierra y el Cielo y agitaron el océano con ella. El agua salada que goteó de lanza acabó formando la mayoría de las islas que hoy componen el archipiélago japonés. Izanagi e Izanami unieron sus seres y de ellos surgieron los ocho dioses que formarían las ocho islas japonesas. Sin embargo, para la desgracia de Izanagi, Izanami murió dando a luz al Dios que encarnaba el fuego, y fue a parar a Yomi, la tierra de la muerte. Izanami fue a buscarla allí, pero era demasiado tarde para ella, ya formaba parte de ese mundo espectral. En un vano intento de rescatarla, se dió cuenta de que su mujer ya no era más que carne podrida, y asustado intentó escapar. Izanami, enfurecida porque su maridoiba a abandonarla, le prometió que cada día le quitaría la vida a 1000 personas del mundo terrenal, a lo que él respondió le daría vida a otras 1500. De esta manera, el ciclo de la vida y la muerte nace en Japón.

Amaterasu, la diosa del sol, la diosa de Japón

Ohayou gozaimasu, Amaterasu Omikami

Después de su periplo por Yomi, Izanagi tuvo purificarse, y de este acto nacieron los tres grandes dioses japoneses: Amaterasu, diosa del Sol, a la que su padre ofreció el Cielo y el mundo de la luz;  Tsukuyumi, dios de la Luna, al cual le pertenecería la noche y Susanoo, dios del mar y las tormentas. Las batallas entre los hermanos Amaterasu y Susanoo son las más conocidas de la mitología japonesa y conforman el grueso de sus historias. Además, Amaterasu es una de las deidades más populares y se dice que la família imperial desciende de ella.

La mitología a través del anime

Las historias mitológicas se han usado de todas las maneras en las representaciones audiovisuales, ya sean videojuegos como Okami (que ilustra la cabecera del post con su re-imaginada Amaterasu), o con animes que ilustran gran parte del panteón demoníaco japonés como "El Viaje de Chihiro" o las películas que os proponemos a continuación. 

El verano de Coo

Ohayou gozaimasu, Amaterasu Omikami

¿Qué es?

El personaje mitológico central en esta gran película de Keiichi Hara no es ninguna deidad, si no un curioso demonio (o Yokai, como veremos más adelante) llamado Kappa procedente la mitología japonesa que se dedicaba a engañar a los humanos para ahogarlos en los ríos en los que habitaban. Comparten similitudes con las tortugas, como el caparazón, aunque poco más ya que suelen tener unas extremidades alargadas para así poder capturar a sus víctimas. Se caracterizaban por tener un plato en la cabeza que si se secaba les debilitaba, por lo que nunca podían alejarse de los ríos. No todos los kappas eran malvados, y muchas veces son representados ayudando a las comunidades gracias a sus habilidades para pescar. También se dice que podían hablar en perfecto japonés. 

¿De dónde vienen?

Como todo mito, existen referencias reales para explicar su origen. Estas van desde estar basado en la Salamandra Japonesa Gigante a fetos fallecidos durante el parto que se tiraban al río como parte de un ritual. De un modo u otro, los Kappas siguen estando presentes en el imaginario japonés, y en muchas regiones se insta a los niños a tener cuidado cuando van a los ríos por si un Kappa aparece cual hombre del saco. 

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Del papel a la pantalla

El Kappa, al ser un demonio, suele tener una pinta más feroz en los dibujos más antiguos, pero al entrañable Coo le pega cualquier palabra menos terrorífico. Escenas como las peleas de Sumo o cuando se emborracha tan solo incrementan las ganas de sacarlo de la pantalla para achucharle. 

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Hay mitologias que son universales 

No hemos podido evitar incluir esta pequeña curiosidad que incluye a Ronaldinho como background en la habitación de Koichi.

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Una Carta para Momo

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¿Qué son?

Los Yokai engloban todos los demonios que componen la mitología japonesa, que van desde animales hasta seres más esperpénticos. Los hay a cientos y a cada cual más raro, y se podría decir que tienen demonios para casi todo. Desde mujeres que pueden alargar el cuello hasta criaturas que habitaban en los lavabos succionando, literalmente, la mierda.

¿De dónde vienen?

Los Yokai son algo tan amplio que deberiamos desgranarlos uno a uno para llegar a sus orígenes. Muchos artistas contemporáneos, como Mizuki Shigeru, han dedicado toda su vida a dibujar a los Yokais hasta el punto de re-construir el imaginario de estos monstruos. Hay tantos, que a pesar de haber dedicado gran parte de su obra a dibujarlos, Shigeru afirma que apenas ha cubierto un 60 o 70% de su totalidad. Si queréis adentraros más en este fascinante mundo, destacamos la autobiografía ilustrada del autor y "Nonnonba", ambas editadas por Astiberri.  

Ohayou gozaimasu, Amaterasu Omikami

Del papel a la pantalla

En concreto, uno de los Yokai que aparece en “Una carta para Momo” es un Oni, o el equivalente al ogro que aquí conocemos. Los otros componentes del trío son demonios de tipo humanoide que no poseen más habilidad que la capacidad de robar y almacenar en todos los sitios imaginables de su vestimenta una capacidad ingente de comida y basura.

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Mushishi

Ohayou gozaimasu, Amaterasu Omikami

Mushishi es una de las series anime más aclamadas por la crítica de los últimos años y nunca falta en ningún Top Ten de anime. Si bien es cierto que no corresponde a ningún mito concreto (a pesar de estar fuertemente vinculada a los kamis) no queríamos dejar de incluirla porque supone toda una fuente de riqueza para entender el espiritualismo japonés y muchas de sus creencias. 

¿Qué son?

Los mushi son seres impercetibles para la mayoría de los humanos, aunque muchas veces se interponen en su camino. Sus formas varian en cada uno de los autoconclusivos capítulos, y son de muchos tipos por lo que se podrían considerar kamis menores (y algo malignos) Su protagonista, Ginko, se dedica a darles caza cuando se vuelven problemáticos y empiezan a poner en peligro la vida de los humanos. 26 capítulos, 26 mushis y muchísima filosofía japonesa de por medio fusionadas en una joya única de la animación que nos recuerda porqué Japón nos maravilla de tal manera. 


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