Y hablando de sonrisas, le doy permiso a la mía para que cambie el mundo, pero al mundo, sí que no le doy permiso para que cambie mi sonrisa (Incluido Rajoy).
Y esta nueva actitud se debe a que una persona cambia por dos razones: o aprendió demasiado o ha sufrido lo suficiente y a ésto no le llaméis madurez, que madurar, maduran las frutas, ésto es aprendizaje, que aprender, sí es de personas.
