Si, es cierto, cuando empiezo un nuevo libro su embriagador olor me transporta casi de inmediato a disfrutar de una nueva aventura.
¿Habéis olido un libro alguna vez?
Cada ejemplar es único y por supuesto tiene su propia personalidad y obviamente su propio aroma, no lo dudes mas, te invito a que lo pruebes y que navegues con tu nariz en las aguas mas profundas de un libro.
Los de tapas duras, huelen a añejo, a una lectura profunda e intensa, te invitan a reflexión con aroma nostálgico que me atrapa y me recuerda al pasado.
Los de bolsillo, huelen a inmediatez, me impregnan el momento de una frescura sutil que me arrastra a una lectura fácil, obligándome a una postura más relajada ante unas letras más pequeñas, pero mas acogedoras.
Pero nada mas perspicaz, mas vaporoso mas adictivo que un libro nuevo, ahí mi imaginación antes de empezar ya comienza a soñar con la incertidumbre de un olor, que anuncia un aluvión de expectativas, todas por descubrir…
Me emociona pensar, que cada uno percibe un olor diferente de un mismo ejemplar, es lo mismo que cada uno hacemos cuando ponemos una imagen diferente a cada personaje, ahí recala la magia de un libro.
En algún cajón anda dormitando mi e-bok electrónico, supongo que la inocuidad de su perfume no logró conquistar mis orificios nasales, ni el ruido delicado al pasar una página supera la de un libro convencional, aunque esta tecnología,reconozco, se habré paso en mi Camino de vida.
Intuyo que tu también has sido incapaz de resistirte a atrapar una flor entre un libro, quizá así pensabas que su olor perduraría por los siglos de los siglos, un acto para mi vandálico, porque un olor no se puede encarcelar entre dos hojas, su esencia es libre y provocar su arresto, generará una pestilencia en forma de rebeldía por parte de esta flor atrapada.
Pero no pretendo con este post, ahondar en lecciones de perfumes, ni aromas, ni otras sandeces de las que no entiendo, cada cual ha de dejarse llevar por su propio instinto, y valorar lo que su intuición destaca a la hora de leer un libro. Yo me dejo llevar, a veces arrastrado por una imagen ,otras por un comentario, una buena critica o simplemente la suerte o la improvisación cuando me hago con uno, pero la ilusión perdura siempre en cada volumen, grande o pequeño, viejo o nuevo que he leído a lo largo de mi vida.