Comezaremos pelando, lavando y troceando todas las verduras finamente. Ponemos aceite en la cazuela y echamos las verduras a pochar a fuego medio-bajo con una pizca de sal durante 7 minutos aproximadamente. Mientras tanto, salpimientamos y enharinamos la carne.Una vez pochadas las verduras, añadimos el vino blanco, subimos el fuego y dejamos evaporar. En ese momento añadimos los tomates pelados, removemos y dejamos cocinar a fuego medio-bajo durante otros cinco minutos. En ese punto añadimos la carne y dejamos que se dore por ambos lados unos minutos. Añadimos entonces el caldo o el agua (a mí me gusta más cocinar con agua para un sabor menos intenso) hasta que cubra la carne pero no más. Salpimentamos y cerramos la olla. Dejamos cocinar unos 30 minutos desde que la olla empiece a sisear. Abrimos ésta y con un tenedor comprobamos el punto de cocción de la carne, si se deshace estará lista, si vemos que está dura aún cerramos la olla de nuevo y ponemos otros 5 o 10 minutos.Preparamos la gremolata con un diente de ajo picado (mejor con prensa-ajos), perejil fresco picado y la piel de un limón rallada. Mezclamos tdo y se lo añadimos a la carne. Dejamos cocinar otros 5 o 10 minutos y servimos.
Se puede servir acompañándolo de puré de patatas, patatas fritas o si queremos ya que la delicia italiana sea completa, de un buen Risotto alla MIlanese, pero yo lo serví sin nada ya que el tamaño de la carne es bastante considerable y basta con acompañar el plato de una ensalada para no saltarnos la dieta en exceso.
Para que veáis que la gastronomía italiana es mucho más que pasta y pizza. No dejéis de probar esta magnífica receta.Podéis también usar la gremolata como acompañamiento de otras carnes y pescados o incluso de un buen plato de pasta.Os dejo una foto de la portada del magnífico libro de Robuchon por si os interesa:
¡Hasta el próximo post!