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Otitis externa en los perros

Por Jgallego19
Otitis externa en perros

La otitis externa en los perros se produce por la inflamación del conducto auditivo externo. Es muy común en los perros. En los gatos es menos común, y los pocos casos que se dan suelen provenir de la presencia de ácaros en el oído.

El exterior del canal auditivo en los perros es un tubo que tiene dos componentes: una parte vertical y una parte horizontal. La abertura que vemos en la oreja cuando miramos el interior del oído de nuestro perro lleva inmediatamente a la parte vertical. La parte vertical del canal se extiende y se dobla para convertirse en la parte horizontal, que es más estrecha que en la mayoría de los demás animales. Al final de la parte horizontal se encuentra la membrana timpánica (tímpano).En el otro lado de la membrana del tímpano se encuentran los oídos medio e interno.

El oído externo, que tiene una forma de embudo, tiene una función bastante importante: la difusión de las ondas de sonido al tímpano. El oído externo se alinea con la piel que contiene las glándulas que producen cera, además de otras sustancias.

Síntomas.

A los animales que padecen otitis externa se les comienza a poner la piel que recubre el oído externo de color rojo, con picazón, molestias y dolor para el animal. La otitis externa es muy incómoda para tu mascota y debe ser tratada tan pronto como sea posible.

El perro que padece esta enfermedad, sacude la cabeza mucho más de lo normal, se rasca y se  frota muy habitualmente. Desprenden mal olor y muestran un comportamiento anormal, o incluso irritabilidad y pérdida de audición.

Posibles causas.

Hay muchas cosas que pueden irritar el conducto auditivo externo y desencadenar la inflamación. Los desequilibrios hormonales (hipotiroidismo y otros) también se asocian a la otitis externa como efecto secundario. Los animales con el canal auditivo más estrecho de lo normal, o con las orejas largas, tienen más posibilidades de desarrollar otitis externa. Los deshechos pueden acumularse más fácilmente en estos oídos y desencadenar una intensa inflamación.

La presencia de tumores en el conducto también puede conducir a una otitis externa secundaria. Además, la humedad en las orejas de los animales que nadan puede aumentar la susceptibilidad a la otitis externa.

El uso inapropiado de métodos y soluciones de limpieza de los oídos puede provocar otitis externa y otras complicaciones del oído externo.

Diagnóstico.

Si tu mascota tiene problemas de oído, lo más importante es llevarlo cuanto antes al veterinario. Si el problema se produce sólo durante ciertas épocas del año, esto puede indicar una base alérgica subyacente a la otitis externa.

En casos muy graves de otitis externa, al animal se le realizarán pruebas radiológicas especiales, que se tomarán para determinar si los oídos medio e interno se ven afectados.

En general, con la otitis externa, los objetivos de la atención veterinaria son dobles: controlar la inflamación y el dolor lo más rápido posible.

Tratamiento.

Dependiendo de la causa, el tratamiento de la otitis externa puede ser sólo cuestión de suministrar medicamentos en los oídos de tu mascota y realizar limpiezas periódicas, o por el contrario, puede implicar un largo plazo de compromiso con el tratamiento del problema.

En ocasiones, es posible que la causa de los problemas del oído nunca sea encontrada. En este caso, se tratan los síntomas inicialmente y, posteriormente, cada vez que se repitan.

Mantener limpios los oídos de tu mascota es muy importante durante el tratamiento, y también como medida de prevención.

Restricciones.

¡Nunca insertes nada en el canal auditivo de tu perro! El algodón o bastoncillos se pueden utilizar para limpiar las orejas por la parte de fuera, pero nunca hacia adentro, porque empujarás los desechos a las partes más profundas del canal, lo cual es contraproducente y podría ser peligroso.

Posibles efectos de la otitis externa en tu perro.

  • Está constantemente con la cabeza inclinada hacia el mismo lado
  • Está girando siempre en la misma dirección
  • Pierde el equilibrio y cae hacia un lado
  • Letargo
  • Pérdida de apetito
  • Debilidad
  • Ansiedad
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Estreñimiento
  • Urticaria
  • Convulsiones

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