Otro estúpido dominguero

vista en Facebook / sentida fuera del mundo virtual
Entre el dolor y la nada elegí el dolor

Bunbury y Vegas

Tiro los dardos uno tras otro, de forma mecánica, secuenciada, pero no acierto. Apenas consigo clavar alguno siempre lejos del objetivo. No puedo alzarme con el triunfo desperdiciando las tiradas, sin saber muy bien a dónde tengo que lanzar porque en esta diana, los objetivos se mueven deprisa. Cambian de lugar. Han puesto buena música en este bar, me he acordado de ti, de la desinformación, del tradicional juego a diferentes bandas para no sobrecargar demasiado ninguna de las líneas. La situación se ha vuelto realmente difícil. No puedo mantenerme impasible, como si no ocurriera nada, como si todo me importase poco, porque el sueño no me ha vencido esta vez. He desgastado mis pies paseando al sol, pensando al sol, bebiendo al sol. La cerveza no aplaca mi sed ni mi hambre. La cerveza no ha cumplido su cometido y olvidar los detalles, las preguntas, las incógnitas, olvidarlo, se torna imposible. He andado durante más de tres horas, persiguiendo respuestas, agilizando mi torpe físico postdeportista. Te he buscado. Lo único que he conseguido ha sido sudar, ensuciarme, sentirme un estúpido. Otro estúpido dominguero patrocinado por Decathlon. Es domingo y me siento culpable de haber llegado aquí, a este punto del bosque en el que no tengo claro si debería seguir caminando o dar la vuelta. He seguido caminando. Y no pienso detenerme.