La semana pasada que hoy termina, ha tenido en la palabra soledad su mayor exponente , y la acción de esperar mi mayor actividad . Echar de menos a quien no está , sin duda no es sano, pero rara vez actuamos guiando nuestras acciones, bajo el signo de la salubridad ; la soledad es fría, entumece los músculos, embota la mente , y aunque la ola de calor queme el aire fuera , tu animo no parece encenderse de la misma manera . No hay alivio a esa sensación, ni en casa, ni en el trabajo, y aún sabiendo que no durará mucho esa obligada ausencia , los días parecen siglos, como así lo debía pasar el ateniense Rey Egeo, que cada día esperaba la vuelta de su hijo Teseo, con la esperanza que derrotase al minotauro . Como él, sigo mirando al sur esperando su vuelta en el mar , esperando ver las velas blancas que la devuelvan a mi . Dicen muchos que no pueden beber solos, a mi tampoco me gusta, pero en esta ocasión así lo hice, con este vino que salió de una reciente visita a Morales de Toro , pero eso será otra historia .
Egeo esperando la vuelta de Teseo. Fuente mrpsmythopedia.com