Somos amigas desde que mi memoria alcanza. Desde nuestros primeros escarceos nos llevamos bien. Ellas se han dejado y yo he aprendido a juntarlas con algún acierto. De esa orgía he hecho oficio. Palabras.
Dicen que las lleva el viento, pero al aire las palabras no le interesan. Se las llevan personas sin escrúpulos, cerebrales manipuladoras, gregarias del fin que justifica medios.
Por culpa de esos individuos violadores de palabras, hemos aprendido a desconfiar de ellas y a creer solo en acciones. Hechos y no promesas. Ejecución y no poesía. Pruebas y no compromisos.
Quienes hacemos uso blanco de las palabras entristecemos con su corrupción y desprestigio. En la era de Internet, del Whatsapp, de las redes sociales, las palabras se llenan de inmundicias, pan para un bocadillo de emoticonos, esos dibujitos perversos comodín de e-mociones.
Palabra:¿quién hoy la tiene?