Revista Cocina
Este pan es increíble, increíblemente bueno, con una miga tierna y con un sabor difícil de olvidar.
Lo que pongáis entre dos rebanadas de este pan, sea dulce o salado, se convertirá en un bocado delicioso, aunque parezca excesivo, he de deciros que es de los mejores panes que he comido.
Como os decía en la entrada anterior los fines de semana aprovecho para hacer algún pan, entre semana no puedo así que el sábado y domingo siempre reservo tiempo para preparar alguna receta de los libros de pan que siempre andan rodando por el comedor. Este en concreto lleva señalado desde que lo vi.
La receta es del libro “hecho a mano” de Dan Lepard pero con bastantes modificaciones, modificaciones forzosas, ya que no tenia masa madre y esta receta llevaba 100 g de masa madre blanca, y tras eliminar la masa madre hube de rehacer cantidades de harina y levadura, así como tiempos de fermentación.
El resultado me ha encantado, nos ha encantado, hablemos en propiedad y os lo recomiendo al 100%, además al eliminar la masa madre la elaboración del mismo se simplifica.
INGREDIENTES:
50 g de avena en copos
100 ml de agua hirviendo
200 g de manzana pelada y rallada
50 ml de agua a 20º C
1 cucharadita de levadura fresca desmenuzada
350 g de harina de fuerza
½ cucharadita de sal
Avena en copos para el acabado
PREPARACIÓN:
Coloca los copos de avena en un bol pequeño y vierte el agua hirviendo. Déjalo reposar 5 minutos mientras preparas el resto de los ingredientes.
Mezcla la manzana rallada con el resto del agua ( 50 ml) y la levadura. Remueve bien para que la levadura se disuelva, después añade los copos de avena que tenías en remojo. A continuación incorpora la harina con la sal y mezcla hasta obtener una masa ligera y pegajosa. Tápalo y déjalo reposar 10 minutos.
Unta con un poco de aceite el banco y amasa 10 segundos, la masa es extremadamente pegajosa, ayúdate de una rasqueta. Engrasa el cuenco con un poco de aceite y deja la masa descansar 10 minutos tapada. Amasa de nuevo, otros 10 minutos, la masa sigue siendo bastante blanda, no añadas más harina, a medida que la trabajes se volverá más elástica, si te cansas poduedes descansar, a la masa le vendrá bien, termina con la masa en forma de bola. Vuelve a ponerla en el cuenco, tápala y deja que repose en un lugar templado durante 1 hora.
Espolvorea un poco de harina sobre la mesa y forma un bátard, una pieza alargada. Coloca la pieza con la unión hacia arriba en un paño enharinado o en un cesto de fermentación enharinado. Tapa y deja que fermente hasta que doble su tamaño.
Precalienta el horno a 210º. Vuelca el pan en una bandeja espolvoreada con harina y decóralo con copos de avena. Hornea en el centro del horno durante 30 minutos, haz vapor cuando metas la pieza, baja la temperatura a 190º y hornea durante 30-40 minutos hasta que el pan alcance un buen dorado, y al sostenerlo en la mano parezca ligero y suene a hueco. Déjalo enfriar sobre una rejilla.
BUENA SEMANA