Revista Cocina
Como todos sabéis la panadera de La cajita es Elena, aunque a mí me chifla el pan y soy una comedora de pan empedernida nunca me he atrevido a preparar uno en condiciones.
La cajita sólo tiene un pan hecho por mí, el "pan ácimo de Magdala" y lo preparé por obligación para una comida "sefardí" que organizamos con unos amigos en mi casa y por su fácil preparación, sin tiempos de reposo y fermentación, sin levadura... preparar la masa y hornear.
Pero ya me daba vergüenza, a la vez que un poco de envidia, ver como Elena cada semana nos preparaba uno diferente y a cada cual mas rico y disfrutaba en su casa de panes recién hechos y a su gusto, combinándo su sabor con el plato principal que comerían en cada caso...
... así que me aventuré con este cuando lamejornaranja.com nos envió una gran caja de 15 kilos de naranjas, olían tan bién y tenían tan buen color que pensé que el resultado sería excepcional. Nunca había comido un pan con este sabor, me imagino que vosotros tampoco, ni había visto en ningún sitio que existiera pero supuse que con esta excelente materia prima malo no tendría que estar por lo que me lancé a experimentar ... y fue todo un éxito.
Ingredientes
Para el pan:
600 gr. de harina
12 gr. de levadura para pan
12 gr. de sal
400 gr. de zumo de naranja colado y templado
Para la naranja confitada:
1 naranja (su corteza)
100 gr. de azúcar
40 gr. agua
aceite de oliva
Preparación:
Preparamos el zumo de naranja y lo templamos en el fuego.
En un bol amplio ponemos la harina y la mezclamos con la levadura y la sal.
Añadimos el zumo y removemos con una cucharada de madera hasta conseguir una masa húmeda.
Terminamos de amasar con las manos, hacemos una bola y dejamos reposar tapado con un paño húmedo, en un lugar cuya temperatura no sea inferior a 20 grados, unas 2 horas hasta que doble su volumen.
Mientras preparamos la naranja confitada:
Pelamos la naranja y quitamos toda la parte blanca interior...
... la metemos en agua hirviendo 5 min., sacamos y escurrimos.
Dejamos enfriar y cortamos en juliana.
Ponemos a calentar el agua con el azúcar, mezclamos bien y cuando comience a hervir añadimos la juliana de corteza hasta reducir.
Escurrimos y enfriamos con agua.
Secamos bien con un paño limpio y conservamos en un tarro con aceite de oliva.
Así en la nevera podemos tenerla muchos días y utilizarla en ensaladas, carnes o postres.
Una vez la masa de pan ha reposado la sacaremos el aire golpeándola contra la mesa y con los puños.
Boleamos hasta conseguir una forma redondeada, colocamos en un molde engrasado y enharinado y hacemos unos cortes en la superficie en forma de cruz.
Dejamos reposar otros 45 minutos.
Precalentamos el horno a 200º, adornamos con la naranja confitada y horneamos durante una hora en posición calor solo abajo, junto con un cuenco con agua, que creará vapor y hará que el pan salga mucho mas crujiente.
Pasado ese tiempo el pan ya estará hecho solo nos quedará darle color, cambiamos la posición de horno a calor arriba y abajo 12 o 15 minutos mas hasta que se dore a nuestro gusto.
Dejamos enfriar a temperatura ambiente sobre una rejilla.
Me quedé sorprendida lo rico que salió para ser el segundo pan que hago en mi vida...
...y os aseguro que habrá mas!
¡¡Esponjoso, esponjoso!!
Desde hoy yo también tendré mi pan casero a mi gusto todas las semanas!!