El otro día me puse a buscar una nueva receta de pan, como ya voy teniendo mi pequeña colección de libros, tenía donde elegir. Sin embargo, nada más ver esta receta no quise buscar más.
¿Un pan sin amasar y con un levado de tan sólo 35 a 45 minutos? ¿Eso era posible? Tenía que comprobarlo por mí misma. Además, me daba la posibilidad de utilizar mi nueva harina de espelta, que me habían traído desde Málaga (El Amasadero, que me encanta!!!) unos amigos.
Confieso mi absoluta incredulidad, pues si bien sé que hay panes sin amasado, estos llevan un levado más largo y una cocción en un recipiente concreto. Al final mi sorpresa fue tremenda. El aspecto, la textura y el sabor del pan eran increíbles. Y sin amasado!!!
Este pan gran fue inventado de forma casual por Doris Grant (una nutricionista inglesa) en 1944. Su fama fue utilizada para alentar a las mujeres de aquella época (de guerra) a alimentarse bien, incluyéndolo en sus menús.
Si aún no os habéis animado a hacer pan, ¿qué mejor forma que empezar por éste? Tan simple como pesar los ingredientes y mezclarlos bien, un reposo de apenas media hora y al horno.... Ummm ;))
Ingredientes:
700 gr de harina integral de espelta de El amasadero
1 cucharadita de sal
15 gr de levadura fresca de panadero
1 cucharada colmada de miel
600 ml de agua tibia
1 cucharada de semillas de sésamo para espolvorear.
Elaboración:
1.- Ponemos la harina integral de espelta en un cuenco amplio.
2.- Añadimos la sal y mezclamos bien. Hacemos un hueco en el centro y reservamos.
3.- Por otro lado, desmenuzaremos la levadura en un cuenco pequeño.
4.- Añadimos la miel.
5.- Y vertemos unos 150 ml de agua tibia (la cogeremos de los 600 ml).
6.- Mezclamos hasta que quede cremosa y homogénea.
7.- Dejamos reposar unos 10 minutos, hasta que empiece a burbujear.
8.- Vertemos la mezcla anterior en el hueco de la harina.
9.- Y añadimos el resto del agua.
10.- La mezcla de levadura y harina aparece muy burbujeante y activa.
11.- Mezclaremos con la mano, trabajando de los lados hacia el centro, hasta que nos quede una masa elástica y resbaladiza, que se separe fácilmente de las paredes del bol. Nos quedará una masa bastante húmeda, mucho más que una masa de pan normal.
14.- Volcamos la masa en un molde engrasado y ligeramente enharinado.
15.- Tapamos con un paño y dejamos reposar en un lugar cálido durante 25 o 35 minutos. Iremos, mientras, precalentando el horno a 200ºC.
16.- Una vez haya reposado, pasamos a espolvorear la superficie con las semillas de sésamo.
17.- Introducimos en el horno y horneamos durante unos 40 minutos. Controlando que no se nos dore en exceso la superficie. Pasado ese tiempo, sacamos el molde del horno y, con ayuda de una manopla o un paño, comprobamos la cocción: golpearemos la base con los nudillos. Debe sonar hueco, de no ser así, introduciríamos nuevamente en el horno, retomando la cocción durante 5 minutos más.
Retiramos el pan del horno, lo sacamos nuevamente del molde y dejamos enfriar sobre una rejilla metálica.
El resultado es un pan delicioso, muy suave y un ligero sabor a frutos secos. En casa nos ha encantado en el desayuno, tostado y acompañado de mermelada o Aceite de Oliva Virgen Extra Carbonell.
Se conserva perfectamente durante 4 días.