Revista Cocina
¿Tenéis prisa? ¿Visitas inesperadas? ¿Necesitáis un aperitivo rapido y rico para el partido de esta noche? Aquí tenéis una opción.
Los pañuelos dulces eran unos pastelitos rellenos de crema o chocolate que vendían en las pastelerías hace tiempo. Realmente no se si todavía los siguen vendiendo, aunque yo hace tiempo que no los veo. En los cumples familiares me gusta preparar mucho platos diversos, ya que al ser tanta familia tengo que hacerlos tipo bufet. Algunos de estos platos llevan algo más de elaboración, pero otros son tan sencillos como este. Sólo necesitamos lo siguiente:
1 lámina de hojaldre
Morcillas de aperitivo Rios
Clara de huevo
Extendemos una lámina de hojaldre sobre una superficie lisa, y la estiramos con un rodillo de amasar. Luego le vamos dando dos cortes verticales y buscamos que al darle los cortes horizontales nos vayan quedando cuadrados.
A las morcillas hay que quitarles la piel y vamos poniendo en el centro de los pañuelos un trozo de morcilla de 1'5 cm.
Plegamos cada una de las esquinas del hojaldre hacia el centro y pinchamos la base con un tenedor para que no se inflen mucho por el fondo. Vamos colocando todos los pañuelos en una bandeja de horno cubierta con papel manteca.
Con un pincel, pintamos los pañuelos con clara de huevo y los metemos en el horno, al que previamente hemos precalentado a 180º. Vigilamos y cuando adquieran un color doradito los sacamos del horno y los servimos inmediatamente, aunque tengo que deciros que en frío también están muy ricos.
¿Queréis uno?
Bon Appétit