El rodaballo es muy recomendado en nuestra dieta por sus propiedades beneficiosas, así como el suave sabor de su carne. Al poseer una cantidad mínima de grasa resulta muy fácil de digerir, se puede apreciar al máximo su sabor y su suave textura si se cocina entero o en filetes, hervido, al vapor o en papillote como lo he preparado yo.
Este mes Rocío nos ha propuesto para el Desafío, cocinar carne o pescado en papillote, que es una técnica de cocina que consiste en la cocción de un alimento en un envoltorio resistente al calor, papel de aluminio o papel sulfurizado. He escogido el rodaballo para mi receta, pero lo podéis hacer con cualquiera otro pescado, como lubina, dorada, salmonete, etc. Solo tenéis que decirle a vuestro pescatero que os saque los lomos
Ingredientes:
4 lomos de rodaballo
24 almejas
2 lonchas de beicon de 1/2 centímetros de grosor
4 zanahorias
1 cebolla
4 cucharadas de aceite de oliva
1 pizca de cúrcuma en polvo
sal y pimienta
Preparación:
Ponemos las almejas en un bol cubiertas con agua y un poco de sal.
Pelamos las zanahorias y las cortamos en juliana. Las sumergimos en una olla con agua hirviendo y las escaldamos durante 1 minuto. Pasado ese tiempo las escurrimos y las reservamos.
Pelamos y picamos la cebolla y la salteamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva (nos aseguramos de que quede muy tierna).
Partimos las lonchas de beicon en tiras y las doramos.
Precalentamos el horno a 180 grados.
Sacamos del agua y escurrimos las almejas.
Preparamos 4 trozos de papel vegetal y colocamos encima de cada uno de ellos, una capa de cebolla y zanahoria, 1 lomo de pescado, beicon y almejas.
Salpimentamos el conjunto y rematamos con un hilo de aceite de oliva y cúrcuma en polvo.
Cerramos bien los papillotes y horneamos durante 15 minutos.
Servimos el resultado que podemos acompañar si queremos de un puré de patatas.
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