Revista Cocina

Para la hora del té, torta de arándanos

Por Bouquetgarni
Esta torta que te propongo hoy es facilísima (Hagamos un trato: no te voy a decir más que la receta es fácil, simple o sencilla porque la verdad es que me voy a cansar de escribirlo y vos de leerlo, ya que mis recetas son fáciles, simples y sencillas - tengo muchas otras actividades, además de cocinera y no me puedo dedicar todo el día para desarrollar una receta súper complicada -. Entonces, de ahora en más, sólo te voy a poner en aviso cuando una preparación rompa la regla. ¿Te parece?).
Para la hora del té o el mate. Para homenajear a alguien con un tentador desayuno o para hacerte un mimo con muy pocos - pero, sabroso -  ingredientes.
La receta nació cuando mi mamá me regaló una muy coqueta cajita de arándanos frescos (no congelados ni deshidratados; frescos) y recordé que la abuela escocesa de uno de mis mejores amigos de toda la vida hacía una deliciosísima torta de arándanos. El único problema es que nunca compartió su receta porque  - según decía - se trataba de un "secreto de familia". Entonces, puse a trabajar la memoria olfativa (esa que una tardecita en el parque de tu casa, cuando sopla una linda brisa fresca, te hace recordar unas vacaciones especiales en el campo o en la playa; la que cuando alguien cocina un plato que hacía tu abuela, te remonta de un plumazo a tu tierna infancia...) y decidí poner en práctica esta receta que no será igual a la de la seanmhar, pero que la dejaría contenta y con ganas de otra porción.
Entonces, manos a la masa que en un rato tenés torta de arándanos para toda la familia.
Primero, poné a precalentar el horno a temperatura media (unos 180 grados C) mientras preparás la receta. Primera aclaración: Siempre que hagas preparaciones de pastelería o panadería, el horno se debe precalentar si querés obtener buenos resultados. Nunca se llevan las galletas, panes, budines o tortas al horno recién prendido.Segunda aclaración: En panadería o pastelería, generalmente, los huevos y la manteca o margarina deben usarse a temperatura ambiente  (o pomada, en el caso de la manteca). Sin embargo, hay recetas que, específicamente, exigen que la manteca esté fría. Por eso, en general - salvo que la receta así lo indique, entonces, será cuestión de hacerle caso si queremos obtener buenos resultados - sacá la materia grasa con la que harás tu preparación con tiempo para que alcance el punto óptimo al momento de usarla.
Ahora sí, sigamos...
Mezclá 2 huevos de granja (ya sabés: lo que son frescos y de yema biiiiien amarilla) batidos ligeramente con 80 gramos de margarina blanda (¡attenti a mi segunda aclaración del día!). Añadí lentamente 300 gramos de azúcar (si es orgánica, mejor) y batí con batidor de mano hasta integrar bien la mezcla. Agregá extracto de vainilla (2 cucharaditas estará bien) y terminá de integrar. Aparte, tamizá 400 gramos de harina leudante con 2 cucharaditas de polvo para hornear y una cucharadita de sal (tranquila, no es para salar la preparación sino para resaltar toooodos los sabores).
Incorporá la mezcla de secos (la harina, la sal y el polvo para hornear) a la de los huevos con la margarina y el azúcar, alternando con una taza de leche. Batí muy bien (¡Vamos! que es bueno para evitar hacer brazos en el gimnasio ese día). Cuando toda la preparación esté muy bien integrada, añadí los arándanos (previamente lavados, pero enteros).
Para la hora del té, torta de arándanos
Verté la mezcla en un molde, al que ya enmantecaste y enharinaste, de unos 20 centímetros de ancho (yo usé un molde savarin - de esos que tienen una "montaña" en el centro que, a la hora de desmoldarlo, se transforma en un hermoso anillo - de unos 28 centímetros de ancho). Hornear unos 40 minutos o hasta que esté doradita, doradita y listo.
Esperá que enfríe y desmoldá. Podés cubrirla con una lluvia de azúcar impalpable, bañarla con chocolate de repostería o dejarla así -  al natural - y disfrutarla con los chicos, los grandes, los amigos, las amigas, los vecinos y las compañeras de yoga. Es una torta súper rica, húmeda, esponjosa (¡¡en el interior cálido de tu horno se vuelve más del doble de alta!!), fresca y con un toquecito de acidez de los arándanos (apenas, nadie morirá en el intento) que producen un lindo e interesante contraste con los dulces de la preparación.
Para la hora del té, torta de arándanos
Otra idea: esta torta puede hacerse con frambuesas, moras, cerezas o frutillas frescas (en caso que la fruta sea grande, la cortás en mitades o la feteas, según el tamaño).
Para la hora del té, torta de arándanos
Probala. Yo sé lo que te digo porque vale la pena. En un ratito, te hacés de una delicia para la tarde o la mañana. ¡¡A disfrutarla!!

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