Sin embargo, había oído alguna que otra buena crítica por ahí suelta sobre esta película, y críticos que decían que no era otra vez lo mismo sino algo parecido, y quise darle una oportunidad a esta nueva película de la factoría de lo paranormal grabado en casa y mira, que sí, que ha colado.
Para seguir viviendo del cuento, del cuento de "había fantasmas en mi casa y mira cómo lo he grabado con mi cámara", esta vez han puesto como protagonistas a una familia de panchis, que ya sabéis que los panchis tienen mucho de paranormal, porque están rezando todo el rato y hacen brujerías. El protagonista es un jovencito que se acaba de graduar, quien, junto con sus amigos, empieza a notar que pasan cosas raras en su vecindario.

En esta última entrega de la saga no se han conformado con unas voces y unos movimientos de objetos no, aquí se han montado un mix paranormal que, la verdad, tan mal no les ha salido. Solo le falta a esta película los hombres lobo, porque de lo demás, lo que quieras: posesiones, ruidos, poderes, conexiones con el más allá, conexiones con otras dimensiones, santería, brujas, bichos, y, afortunadamente, no muchos sustos gratuitos.
Que sustos hay, no os vayáis a pensar, que tanto no ha cambiado la saga, pero una cosa es el susto por el susto por salvar la película por el susto que te has llevado y otra cosa es el susto bien hecho y bien montado.
Vamos, que les ha salido una película bastante ligerita, bastante entretenida, que no te da un respiro y que, al terminar, te deja con el cuerpo muy tenso. Así que le doy un ojete de monico, pero muy pequeñito, porque aunque no he sido capaz de ponerla entre los copones, porque tampoco es que sea lo nunca visto, me atrevo a decir que es la mejor de la saga.
Película 1 del reto 2014
