Esta película (2007) de bajo presupuesto que recrea un caso aterrador y suspuestamente real de posesión demoniaca tiene por mérito lograr un alto retorno en la inversión, en la industria cinematográfica estadounidense que mueve muchos ceros a la derecha y que en muchos casos, invierte mucho y obtiene poco como por ejemplo, el caso del film de ciencia ficción 'Waterworld' de Kevin Costner.
A pesar de ser un material bastante flojo tanto dramatúgica como visualmente, tiene cosas interesantes que pudieron ser la clave de su éxito en taquilla: 1.) la recreación de la cotidianidad del americano promedio, en este caso, de una pareja joven con una relación estable y armoniosa que vive en una casa como muchas y que no tiene connotación alguna, como si sucede en muchas películas de terror en donde la locación es protagonista, puede ser más inquietante porque eso que pasa, puede ocurrir en cualquier hogar. 2.) La imagen recurrente de la pareja durmiendo en su cama noche tras noche mientras son grabados por una cámara que capta como a cuenta gotas los 'estragos' que produce el ente que los acosa, nos lleva a todos a un lugar común: en nuestra cama mientras dormimos`'algo' puede estar acechando sin que tengamos explicaciones al respecto.
Pero en definitiva es un producto mediocre y a veces aburrido y con caídas de ritmo estrepitosas, pero tejido de forma maquiavélica que como un juego de un niño malo (Oren Peli, su director) busca asustar y lo logra con muy pocos recursos recreando a un villano que nunca se ve pero que sí se siente y muuuchooo!!!
Nota: en la foto la pareja protagonista que sale avante en su interpretación natural (Micah Sloat y Katie Featherston) y el director Oren Peli
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