Revista Ciencia

Parecidos razonables

Por El Ojo De Darwin

 

Gamba y Langosta
Seguro que os habéis dado cuenta de que hay animales que se parecen a otros, y más de una vez os habréis preguntado el porqué.

Bien, pues hay dos explicaciones para esto. Pero, para comprenderlas, primero tendremos que entender algunas cosas básicas sobre evolución.

Muchas especies de animales, con el paso del tiempo,  se suelen ramificar en varias especies diferentes. No todas ellas, ya que, al igual que en un arbusto, hay muchas ramas que terminan sin dar lugar a otras ramitas. Pero muchas otras sí lo hacen, y es por eso que hoy existen tantos y tantos animales diferentes en nuestro planeta. Ese fenómeno recibe el nombre de especiación.

Monarcha castaneiventris flycatcher

Monarcha castaneiventris

Supongamos una especie cualquiera de animal, por ejemplo este pajarito, el Monarca de Vientre Castaño, que vive en las islas Salomón.

Al igual que todos los animales, cuando estas aves se reproducen y tienen hijos, buena parte de sus genes son transmitidos a su descendencia. Esto se conoce como herencia. Pero en este proceso suelen ocurrir pequeños errores a la hora de copiar esa información genética. De hecho, estos errores ocurren siempre, por eso los hijos no son idénticos a ninguno de los padres, ni tampoco una mera mezcla de ambos. A estos errores los llamamos mutaciones. Pero tranquilos no nos asustemos ahora, esto es tan frecuente como natural, y esencial para el desarrollo de la evolución.

 

Monarcas
Debido a que existen estos cambios, existe también una gran variedad dentro de cada especie. Por ejemplo, entre nosotros, unos somos altos y otros bajitos, unos somos rubios y otros morenos. De este modo, es viable que se generen nuevas especies. Si todos los animales fueran idénticos, sería imposible.

Ahora pongamos por ejemplo que, tal y como entre los seres humanos los hay rubios y los hay morenos, entre nuestros pajaritos han surgido dos tipos diferentes, gracias a una mutación en un gen que regula la producción de melanina. Unos con el vientre de color castaño clarito, y otros con el plumaje por completo oscuro.

De momento, estos dos pajaritos siguen siendo de la misma especie, lo que sucede es que ya no se aparean unos con otros, porque al parecer ya no se reconocen entre ellos. Esto lo que provoca es que sus genes no vuelvan a mezclarse, y por lo tanto, a partir de ahora, ambos continuarán su viaje evolutivo por separado.

Al paso de las generaciones, y con la ayuda de la Selección Natural, estas diferencias se irán incrementando, hasta que la genética de ambos sea totalmente incompatible.

Por lo tanto, las especies que se separaron hace menos tiempo habrán acumulado un número menor de cambios genéticos, y también un número menor de adaptaciones, que dos especies que se separaron mucho antes. Eso explica porqué las especies más estrechamente emparentadas se parecen. Como en el caso de la gamba y la langosta. O en el caso del tigre y el gato.

Tigre y Gato copy

Antes he dicho que los parecidos entre los animales pueden explicarse de dos maneras, esta es una de ellas. Por parentesco. Pero hay animales que son parientes tan tan tan y tan lejanos que su parecido no puede ser explicado de esta manera.

En algunos casos se trata simplemente debido al parentesco existente entre dos especies de animales que han evolucionado a partir de un antepasado común. Ya que su separación en dos especies diferentes es relativamente reciente, ambos conservan los rasgos fenotípicos principales que definen el aspecto del animal.

Caballo y Cebra

Caballo (Equus caballus) y Cebra (Equus zebra)

Algunas de estas especies hermanas se diferencian lo suficiente como para que cualquiera pueda distinguirlas a simple vista, como por ejemplo el caballo y la cebra. Otras en cambio, se parecen tanto tanto, que los especialistas tienen que hacer serios estudios para distinguirlas. Aquí podeis leer un buen artículo sobre el tema.

Pero hay casos de animales cuyas ramas evolutivas se separaron hace tanto tiempo, que es totalmente imposible justificar sus semejanzas a través de la explicación del parentesco. Veamos un ejemplo de ello:

Orca (orcinus orca) y Tiburón (Carcharodon carcharias)

Orca (Orcinus orca) y Tiburón blanco (Carcharodon carcharias)

El parecido entre ambos animales es evidente. Tanto se asemejan, que a los cetáceos (ballenas y delfines) se les ha estado llamando (de manera erronea) peces durante muchos años. Y es que estos mamíferos mainos están increíblemente adaptados a una vida plenamente acuática, tanto que, duermen, se aparean, y dan a luz en el mar, sin necesidad de pisar tierra firme en ningún momento de sus vidas.

En realidad, delfines y tiburones són muy distintos. Su antepasado en común más reciente debió vivir hace muchísimo tiempo. Y desde entonces han pasado muchas cosas. En realidad, lo que nos importa no es el tiempo que ha transcurrido desde la separación de los linajes, sino los cambios que han sucedido desde entonces. Estos pueden ser más o menos numerosos, y más o menos significativos.

Los tiburones, que són peces cartilaginosos, han evolucionado a partir de formas marinas, y siempre dentro del agua. Su diseño es muy antiguo y viene triunfando en los océanos del planeta desde hace muchísimo tiempo, aunque también han generado una gran diversidad de formas. Y pese a que los tiburones ya poblaban los mares del Devónico, hace 400 millones de años, también han ido evolucionando hacia las formas modernas que encontramos en la actualidad.

Pero los mamíferos tienen su origen en tierra firme, hace unos 200 millones de años, a finales del período Triásico. Evolucionaron a partir de unos animales muy parecidos a reptiles terrestres; los sinápsidos, que a su vez descienden de antepasados tetrápodos semejantes a los actuales anfibios que ya se habían aventurado fuera del agua.

Ilustración de un Indohyus por Carl Buell.

Ilustración de un Indohyus por Carl Buell.

Este debió de ser, más o menos, el aspecto que tuvieron los antepasados de los cetáceos, en un punto donde aún no eran completamente acuáticos (los mamíferos estaban volviendo al agua, a partir de formas completamente adaptadas a vivir fuera de ella).

En realidad, el Indohyus de la imagen no es verdaderamente un antepasado directo de las ballenas (aunque sí un pariente muy cercano), pero representa una morfología muy próxima a la que se le deduce a los ancestros de estos mamíferos marinos. Como podeis observar, en este estadio evolutivo, los cetáceos aún no habrían desarrollado ninguna de las adaptaciones que hoy los caracteriza y los hace tan semejantes, en apariencia, a los peces.

Veamos cuales són esas adaptaciones que hacen que los delfínidos se parezcan tanto a los tiburones:

  • Pérdida del pelaje: Como consecuencia, los cetáceos poseen una piel lisa, que ofrece menor resistencia al agua.
  • Cuerpos en forma de torpedo: Este diseño hidrodinámico permite a estos animales optimizar el gasto energético empleado en sus desplazamientos.
  • Aleta caudal: La transformación de la cola en una aleta caudal está acompañada de la pérdida de las patas traseras. Pero fijaros en que la aleta caudal de los cetáceos es diferente a la de los peces, la cual, a diferencia de los mamíferos marinos, se mueve de lado a lado. Los delfines y ballenas nadan moviendo sus aletas caudales de arriba abajo. Por lo tanto, sus colas són planas horizontalmente, y no verticalmente.
  • Aletas pectorales: Las patas delanteras se transforman en aletas.
  • Aleta dorsal: La aleta dorsal es una estructura análoga que garantiza estabilidad al animal cuando nada. Es la típica aleta que sobresale del agua cuando tiburones y orcas nadan justo por debajo de la superficie del agua.

Estas són, de entre las numerosas adaptaciones al medio acuático con las que la Selección Natural ha dotado a los cetáceos, las que más similitudes guardan con las características anatómicas de los tiburones, y peces en general.

Dado que las orcas han desarrollado una estructura corporal muy parecida a la del tiburón, debido a presiones selectivas similares, pero con orígenes claramente distintos, podemos decir que este es un caso de Evolución Convergente.

Ahora seguro que se os ocurren muchos más animales que tienen estructuras muy parecidas, con funciones similares, pero que han sido desarrolladas independientemente.

Algunos ejemplos más de convergencias evolutivas (me gustaría poner muchísimos más, pero pongo unos pocos a ver si se os ocurren a vosotros):

Colibrí (izquierda) y Esfinge Colibrí (derecha)

Colibrí, una diminuta ave especializada en alimentarse del néctar de las flores (izquierda) y Esfinge Colibrí, una mariposa (derecha)

Equidna (arriba) y Erizo (abajo)

Equidna, un mamífero monotrema (arriba) y Erizo, un mamífero placentario (abajo) Sus púas han sido desarrolladas de forma independiente.

 

Pterodáctilo (arriba) y Zorro volador

Pterodáctilo, un extinto reptil volador (arriba) y Zorro volador, un mamífero moderno (abajo)

Entrada originalmente publicada en La BioZoona en 2009.


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