Revista Cine
Varias veces he clamado al cielo ante la alarmante falta de originalidad galopante que invade el mundo del cine en la actualidad, con toda esa fiebre de remakes y relanzamientos de sagas que nos bombardean en lugar de apostar por ideas originales y frescas. En fin, no podemos sino aguantar y esperar pacientemente la llegada de tiempos mejores.
Pero la cosa no queda ahí... ¿Cuántas veces hemos acudido raudos y veloces a ver el trailer de una película que esperamos con ganas, y contemplamos atónitos que la música que suena de fondo la hemos escuchado en otros 200 tráilers con anterioridad? Seguro que os ha pasado en numerosas ocasiones...
Pero centrémonos en lo que adelantaba en el título de la entrada: los carteles de cine, también impregnados, en muchas ocasiones, de esa comodidad que supone inspirarse (por no usar el verbo plagiar, que vendría de perlas en muchos casos...) en un cartel previo de otra película, y cambiando unas letras por aquí y unas caras por allá se da a luz a un póster de película con la ley del mínimo esfuerzo. Y como una imagen vale más que mil palabras, vamos con algunos ejemplos gráficos de lo que quiero decir... (pulsando sobre las imágenes accedereís a un tamaño más cómodo)
El cartel que teneís a la derecha corresponde a la promoción de una de las temporadas de la conocida serie de vampiros True Blood, un considerable éxito del canal americano HBO que se basa en las novelas de Charlaine Harris. Vampiros que conviven entre humanos y sangre artificial importada de Japón, junto a ingentes cantidades de humor negro son tres ingredientes básicos de la serie creada por Allan Ball. En el cartel aparece un joven rostro femenino de cuya sensual boca emerge lasciva una lengua que trata de enjugarse una gota de sangre que resbala por la comisura de los labios. Sencillo y efectivo a la vez.
El caso es que alguien debió tomar muy buena nota de la composición y el buen resultado del cartel de True Blood. Y me temo que ese "alguien" fue, en concreto, los responsables del diseño del póster promocional de Jennifer´s Body, que no dudaron, como podeís comprobar en la imagen de la izquierda, en fusilar casi por completo el diseño anterior, y sin variar apenas nada. Un plagio en toda regla, ¿no creeís?
Otro claso bastante sospechoso: tenemos por un lado Camino a la Perdición, (abajo, a la izquierda) película dirigida por Sam Mendes en 2002, y junto a ella, a su derecha, The Road, dirigida hace apenas un año (2009) por John Hillcoat. Una vez más, el parecido va mucho más allá de la asomobrosa coincidencia. Es más: incluso me atrevería a jurar que tanto Tom Hanks como Viggo Mortensen guardan la misma inclinación en ambos carteles...
Y no creaís que estas "coincidencias" sólo se dan en el cine norteamericano, porque en España contamos con algún que otro buen ejemplo. Bajo estas líneas encontrareís dos pósters con numerosas similitudes: Salto al Vacío (a la izquierda), película de Daniel Calparsoro estrenada en 1994, y a su derecha la reciente Celda 211 de Daniel Monzón, que cosechó un tremendo éxito en el pasado año 2009. Es evidente el paralelismo, y lo único que ha variado de un cartel a otro ha sido el peluquero...
Los originales llaman a estos paralelismos plagios o copias, mientras que los que beben de la inspiración previa de otros prefieron denominarlo "curiosa coincidencia". La cuestión es que a nosotros nos da igual, ya que hay ejemplos para dar y tomar, y periódicamente y con vuestra ayuda, iremos publicando más parecidos razonables que sostengan nuestra teoría de la falta de ideas y la casi nula originalidad, cada vez mas acuciante, en este mundo. Es por ello que si se os ocurren más ejemplos, comentadlo libremente ya que vuestro conocimiento será utilizado en futuras entregas de Parecidos Razonables...