París ... cuando menos te lo esperas

París ... Cuando menos te lo esperas.
¡París! En cualquier momento me apetece ir a París. Con el sofoco del verano, el agradable otoño, el frío invierno o con su preciosa primavera, me da igual, ¡adoro perderme por sus calles!
   Me pasé todo el 2012 dándole vueltas a una posible escapada sin que llegara a cuajar y, un cúmulo de casualidades, una noche de estas Navidades, cuando menos te lo esperas, ¡Zas! hotel y vuelo reservado.
El título del post  os sonará, pues le he hecho un guiño a la película protagonizada por Diane Keaton, Jack Nicholson y Keanu Reeves. ¿La recordáis?
Y es que en esta pequeña escapada hemos aprovechado para celebrar mi cumpleaños por adelantado y para volver a uno de nuestros restaurantes preferidos en la ciudad de la luz: Le Grand Colbert.
  

La primera vez que lo visitamos fue a finales del siglo pasado, jajaja, ¡como suena esto! Y pocos años más tarde, ya en este siglo, cuál fue mi sorpresa, viendo la pelicula, al comprobar que era el restaurante elegido por Diane Keaton para celebrar su cumpleaños.
Ahora parece que yo haya querido emular a la actriz, pero la realidad es que el restaurante está en nuestra lista de sitios a re-visitar cuando vamos a París. No se trata de una brasserie de las típicas para turistas, sino que es de las auténticas, muy recomendable. El mobiliario y la decoración evocan al siglo XIX y su cocina es la clásica francesa, además está situado cerca del Museo del Louvre, justo enfrente de la Biblioteca,  por lo que raro es que no nos coja de paso.
   El precio es lo que no nos permite ir con la frecuencia deseada, pero podemos dejarlo para ocasiones especiales u optar por la oferta de mediodía de menú Formule, un menú compuesto por entrada, plato principal, postre y café, a precios más aceptables.
Han sido pocos días, pero cuando se tiene ganas ¡como cunde el tiempo! Y como siempre, ¡cuanto hemos vagabundeado! Nos pierde pasear por París, así que nos calzamos unas buenas botas cómodas y el corremillas y yo nos lanzamos a hacer kilómetros.
  
Comenzamos  por uno de nuestros clásicos, visita a Saint-Germain-des-Prés entrando y saliendo a un buen número de librerias. Como siempre, algún que otro libro cae. Pasamos por delante de los conocidos Café de Flore y Les Deux Magots, también de la mítica Brasserie Lipp. Muy cerca de L'Odeon se encuentra el Restaurant Le Polidor, lo llevo anotado en mi lista-parisina-de-pendientes, tampoco esta vez será posible.
  
Y así caminando, caminando, entra-y-sale de las librerías, nos encontramos en pleno barrio latino.
   El Barrio latino no me gustaba ya tanto, demasiado turista. Siempre ha sido destino de turistas pero hace años todavía quedaba algún rincón por conquistar. Allí se encuentra Le Caveau de la Huchette si os gusta el jazz y estáis en París ¡Dejaros caer por allí! 
Nosotros estuvimos cenando en esta zona la primera noche y, sorprendentemente, y puede que a causa de la época, justo después de las fiestas navideñas, está más tranquilo y más agradable. Elegimos Le Marmiton de Lutece, un sitio muy acogedor, donde se pueden tomar diferentes tipos de de Fondues y Raclettes, además de otras especialidades francesas. Quedamos contentos con la opción elegida.
  
Desde aquí cruzamos a Notre Dame, que este año celebra su 850 aniversario. Recomiendo, al menos, una breve visita a su interior, precioso ejemplo de catedral gótica. Los tejados también se pueden visitar, pero nosotros es otra de las cosas que tenemos en "pendientes".
Volvemos a cruzar el Sena, pasando por delante de la Conciergerie, que fue prisión durante la Revolución Francesa. Y como quien no quiere la cosa, nos encontramos en la rue Rivoli, hoy burbujeante por las rebajas.
Después de semejante paseo, es hora de reponer fuerzas y descansar un rato. Y como os he dicho antes, hoy celebramos mi cumple en  Le Grand Colbert, ¡un día es un día!
¡Encantador! Très Français! Mientras tomamos un aperitivo, pastis para el corremillas y copa de champán para mi, le echamos un vistazo a la carta.
Los platos elegidos son tradicionales de la cocina francesa, coronados por postres, también muy franceses: la Dame Blanche y los Crêpes Suzettes ¡Los mejores que he probado! Una visita a Le Grand Colbert siempre es un acierto.   
Con las fuerzas repuestas llega el momento tiendas, ¡casi apenas nos queda tiempo!.
  
En torno a la zona de Les Halles, que hace mucho tiempo fue un mercado, se concentra  las mejores direcciones de venta de artículos relacionados con la cocina. No olvidemos que París es una especie de meca para los cocineros, y hay mucha gente que visita estas tiendas para abastecerse de utensilios típicos de la cocina francesa.
Como no podía ser de otra forma, no me podía ir de allí sin darme una vuelta por ellas, así que hicimos una breve peregrinación por 4 de ellas. Están muy cerca las unas de las otras, en pleno centro de París, y no hace falta tener necesidad de comprar alguna cosa para disfrutar de una visita a estas tiendas.
Os dejo las direcciones por que merecen la pena ser visitadas, yo esta vez no compré nada. ¡Raro, raro!
Dehillerin, en el 18-20 rue Coquillière, sus estrechos pasillos repletos de utensilios de cocina y de cobre, os cautivarán.
Simon, tiene dos tiendas juntas en el 48, 52 de rue Montmartre, descubriréis utensilios que ni habíais podido imaginar que existían.
  
Mora, en el 13 rue Montmartre, un universo de moldes, cuchillos, cacerolas, no sabréis donde elegir.
La Bovida, en el 36 de rue Montmartre, tiene de todo repartido en sus 3 plantas, hasta productos para cocinar.
  
 
¡A estas alturas todavía nos quedan unos cuantos paseos!
Imprescindible acercarse a la explanada del Trocadero por la noche, y así disfrutar de las mejores vistas de la Torre Eiffel iluminada ¡Una preciosidad!
   Otro de mis paseos imprescindibles a cualquier hora del día en París es el que va desde el Centro Pompidou hasta la plaza des Vosges, atravesando el barrio Le Marais. En horario comercial si queremos compatibilizar paseo y compras, o por la noche, para cenar o tomar algo en el amplio número de bistrots y cafés que allí encontramos. 
  

Si queremos alargar este paseo podemos dirigirnos hacia l'Île de Saint-Louis, un  verdadero remanso de paz y tranquilidad, con  tiendas especializadas de gastronomía y de arte,  rincones coquetos por descubrir. La atravesamos y  de nuevo nos encontramos junto a Notre Dame  ¿Volvemos a visitarla?
Se nos acaba el tiempo. Siempre será un placer volver a París. 
  

À bientôt Paris!