Revista Decoración
¿Sabés por qué los huracanes tienen nombre de mujer? Si vas a especular con teorías patriarcales... te sigo pero no juego. Para variar, tengo una teoría desmesurada: la onda expansiva de una mujer firme en su propósito puede ser más devastadora que la fuerza de la naturaleza. Cuando no-marido se siente ansioso o molesto se expresa con un silencio concentrado. El hombre preocupado por su destino y el de sus seres queridos se aísla en un universo de entelequias y dudas filosóficas. Cuando una desmesurada se pone ansiosa...tiembla Papá Noel.
No estoy desvariando. Es que yo tengo mi Santa personal. Un Santa que trabaja una vez al año y se dedica a la construcción. En esta ocasión, afortunadamente, no tuve que esperar hasta navidad para presentártelo. A vos que querías conocerlo en persona, te lo presento formalmente y como corresponde: trepando a la chimenea. Claro que dado el caso, dejó olvidada la bolsa de regalos y se lookeó con una onda más casual, porque en definitiva las aplicaciones de piel en el traje rojo ya fueron... ¿Còmo? ¿Te perdiste mi historia sobre la barbacoa del ranchito y mi propio Papá Noel? Esta es tu oportunidad para ponerte al día. Podés leerla siguiendo la estela brillante de los renos y de paso me dejás tus mejores trucos para vivir frugalmente. Porque si tengo algunas virtudes, "ahorradora" no se cuenta entre mis fortalezas de carácter.
Se observa en la imagen que el constructor (aka Eduardo, pero...¿quién quiere usar ese nombre?) estaba desorientado y confuso. Revoloteaba en torno a su febril actividad de Bob construye una mujer armada con una cámara de fotos y cero pudor de retratar su humanidad para los tiempos postreros. Quizàs se preguntaba pasmosamente ¿por qué razón esta loca obsesiva de los detalles me saca fotos subido en una escalera? Supongo que podría especular con una denuncia en algún programa periodístico o se imaginaría los titulares de las noticias al día siguiente: "Constructor de Piriápolis es secuestrado por mujer desequilibrada..." Te soy honesta. Inicialmente se me ocurrieron titulares más sensacionalistas, pero carecían de buen gusto y me dio pudor escribirlos. De algo estoy segura: sin dudas su imaginación es menos desmesurada que la realidad. ¿Cómo explicarle al incauto que una comunidad de lectoras necesitaba conocerlo para dar crédito cabal de mi afirmación en la blogosfera?
Así que, mientras nosotros disfrutamos del sol en la plaza, temeroso de ser el escarnio de los programas en los cuales se embarra la honra de los ciudadanos, Papá Noel me trajo de regalo una barbacoa "casi terminada". No podía ser menos. No podía permitirse terminar en algunas horas lo que le llevó tres meses imaginar... Prometió regresar "la próxima semana" para terminar con los detalles. Ruego clamorosamente a los astros que ese día no sea el 24 de diciembre. De lo contrario, Eduardo, recordará por siempre por qué a los huracanes se les pone nombre de mujer.
Mientras tanto, ajenos a la furia de la naturaleza en un paìs de penillanuras templadas, nosotros disfrutamos del fin de semana muy tanquilamente. Al aire libre y con una cámara en la mano, no podía dejar de enseñarte el hermoso lugar en el que espero vivir algún día. Me despido, con ranchito renovado por una figura que tantos creyeron mitológica pero que, a partir de ahora, vos sabés que vive en Uruguay. ¿Nos leemos el miércoles?