Revista Viajes
PASCUA EN UCRANIA: Impresiones y experiencias de un país en guerra que aún conserva su pulso vital.- III.- Los ucranianos preparan la Pascua entre nostalgias por los muertos y alegrías familiares
Por Salpebu
El sábado previo al domingo de Pascua, este año el día 11 de Abril, mi esposa y yo mismo deseábamos darnos un paseo por el centro de Kiev, para pulsar el ambiente y conocer algunas de las novedades que en los últimos tiempos pudieran haberse producido. Buscando evitar el problema del tráfico congestionado, fuimos en nuestro coche desde Vyshgorod hasta las proximidades de la estación de metro Petrivka, ya en Kiev, y allí tomamos el metro hasta la estación de Ploscha Lva Tolstova (Plaza de León Tolstoi), desde donde iniciamos nuestro paseo por la calle Cherbonoarminska, pasando por delante del Besarabska Rynok (Mercado Besarabska) y enfrentando la avenida Kreschiatyk, la arteria principal del centro. Ya nos llamó la atención que habían desaparecido las tiendas de campaña y otras especies de acampada que habían llenado la vía en los últimos tiempos del sinvergüenza de Yanukóvich, y cuando se produjeron los pronunciamientos de la plaza de la Independencia (Maidan Nezalechnosti) y ahora la avenida se presentaba diáfana, con tráfico normal y mu8cha gente en las aceras y en las bancadas, aunque se habían esfumado las abundantes terrazas que antaño poblaban las aceras, habían cerrado bastantes de los cafés que llenaban la zona de concurrencia, y por el contrario se había multiplicado los puestos móviles en los que se dispensaba cafés, helados, dulces, bebidas. Sin duda la crisis había impuesto la ley de la escasez y del ahorro. En nuestro periplo por la avenida Kreschiatyk
entramos, cómo no, en la tienda de chocolates “Roshen”, afamada marca y más desde que su dueño, Poroshenko, era el Presidente de Ucrania.La tienda ofrece un montaje espectacular, similar a los de los mejores comercios del género de Alemania y Austria (nos recordó bastante las tiendas dedicadas a Mozart en Salburgo) y ello hizo las delicias de mi esposa, que no se resistió a adquirir una buena cantidad de cajas de bombones, barquillos chocolateados, caramelos de chocolate y cosas por el estilo, porque aunque el precio era alto, el cambio de divisas nos favorecía. Tanto es así que lo que antes de la crisis hubiéramos adquirido por unos 50 Euros en esta ocasión nos costó unos 19. ¡Alguna ventaja había de reportarnos el cambio de divisas!Seguir paseando por Kreschiatyk nos deparó el placer de comprobar a las gentes en paz y solaz, e inclusive permitirnos lo que para los ucranianos es sin duda un lujo: Sentarnos en la terraza de una cafetería y pedir un pastel similar al “apfelstrudel” germano, con dos cafés con leche, y, eso sí, pagar por ello unos 10 Euros.Paseando llegamos a Maidan Nezalechnosty, y en ese enclave admiramos los posters con las fotografías de los muertos en los pronunciamientos del cambio de régimen, y frente a ellos, el escudo de Ucrania (el llamado tridente) realizado con flores, así como grupos de ramos dejados con diversas leyendas. A la izquierda de la plaza, la calle Institiuska, con su cera bordeada de flores, en homenaje a los patriotas que cayeron abatidos por los francotiradores cuando Yanukóvich permitió la brutal represión de los manifestantes. Uno se siente emocionado y sobrecogido al comprobar cómo el pueblo continúa venerando el lugar y sigue homenajeando a sus héroes, pero en paz, con calma, con enorme amor. A nuestras espaldas, el edificio de los Sindicatos, que fue incendiado durante los sucesos de cambio político, solo ofrecía unas lonas que cubrían sus fachadas. Emotivos momentos que traté de inmortalizar mediante unas fotografías que adjunto a este escrito. Después de Maidan, había que tomar el metro y volver a la estación Petrivka, en metro, para entrar en el supermercado “Achan” (réplica ucraniana del “Auchan” francés y “Alcampo” español, donde aprovechamos la ocasión para adquirir buena cantidad de botella de vodka (la variedad es enorme) para transportar a España, y al tiempo algo de productos de marisco congelado para preparar una paella un próximo día.La víspera de la Pascua nos introdujo de nuevo en la
vida cotidiana y nos permitió comprobar de nuevo que la guerra en el este sensibiliza de veras pero el pueblo se sobrepone con entereza a las adversidades. Ya de vuelta a casa, vía Internet supimos que dos columnas de tanques rusos estaban entrando en la región de Donbass (Donetsk).Ciertamente, para Putin no existía la Pascua para Ucrania, sino que más bien prefería la “crucifixión” de otros pueblos vecinos.SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
entramos, cómo no, en la tienda de chocolates “Roshen”, afamada marca y más desde que su dueño, Poroshenko, era el Presidente de Ucrania.La tienda ofrece un montaje espectacular, similar a los de los mejores comercios del género de Alemania y Austria (nos recordó bastante las tiendas dedicadas a Mozart en Salburgo) y ello hizo las delicias de mi esposa, que no se resistió a adquirir una buena cantidad de cajas de bombones, barquillos chocolateados, caramelos de chocolate y cosas por el estilo, porque aunque el precio era alto, el cambio de divisas nos favorecía. Tanto es así que lo que antes de la crisis hubiéramos adquirido por unos 50 Euros en esta ocasión nos costó unos 19. ¡Alguna ventaja había de reportarnos el cambio de divisas!Seguir paseando por Kreschiatyk nos deparó el placer de comprobar a las gentes en paz y solaz, e inclusive permitirnos lo que para los ucranianos es sin duda un lujo: Sentarnos en la terraza de una cafetería y pedir un pastel similar al “apfelstrudel” germano, con dos cafés con leche, y, eso sí, pagar por ello unos 10 Euros.Paseando llegamos a Maidan Nezalechnosty, y en ese enclave admiramos los posters con las fotografías de los muertos en los pronunciamientos del cambio de régimen, y frente a ellos, el escudo de Ucrania (el llamado tridente) realizado con flores, así como grupos de ramos dejados con diversas leyendas. A la izquierda de la plaza, la calle Institiuska, con su cera bordeada de flores, en homenaje a los patriotas que cayeron abatidos por los francotiradores cuando Yanukóvich permitió la brutal represión de los manifestantes. Uno se siente emocionado y sobrecogido al comprobar cómo el pueblo continúa venerando el lugar y sigue homenajeando a sus héroes, pero en paz, con calma, con enorme amor. A nuestras espaldas, el edificio de los Sindicatos, que fue incendiado durante los sucesos de cambio político, solo ofrecía unas lonas que cubrían sus fachadas. Emotivos momentos que traté de inmortalizar mediante unas fotografías que adjunto a este escrito. Después de Maidan, había que tomar el metro y volver a la estación Petrivka, en metro, para entrar en el supermercado “Achan” (réplica ucraniana del “Auchan” francés y “Alcampo” español, donde aprovechamos la ocasión para adquirir buena cantidad de botella de vodka (la variedad es enorme) para transportar a España, y al tiempo algo de productos de marisco congelado para preparar una paella un próximo día.La víspera de la Pascua nos introdujo de nuevo en la
vida cotidiana y nos permitió comprobar de nuevo que la guerra en el este sensibiliza de veras pero el pueblo se sobrepone con entereza a las adversidades. Ya de vuelta a casa, vía Internet supimos que dos columnas de tanques rusos estaban entrando en la región de Donbass (Donetsk).Ciertamente, para Putin no existía la Pascua para Ucrania, sino que más bien prefería la “crucifixión” de otros pueblos vecinos.SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
Sus últimos artículos
-
Verano 2021 desde la mascarilla: Viajes menguantes, ánimos crecientes. (y 4) El regreso siguiendo el río Cinca, hasta El Grado y Torreciudad
-
Verano 2021 desde la mascarilla: Viajes menguantes, ánimos crecientes. (3) El valle de Ordesa, Torla, Broto y Linás de Broto
-
Verano 2021 desde la mascarilla: Viajes menguantes, ánimos crecientes. (2) El valle de Pineta, Monte Perdido y acceso a Francia por el túnel de Aragnouet
-
Verano 2021 desde la mascarilla: Viajes menguantes, ánimos crecientes. El valle de Pineta, Monte Perdido y acceso a Francia por el túnel de Aragnouet (1)