Revista Cocina
Comemos también con la vista,está clarísimo.
Es agradable ver un plato bien presentado;parte del éxito de la buena cocina radica en eso y en la calidad de la materia prima,lo tengo claro.
El plato que hoy os presento se come con la vista.es maravilloso el colorido,¿no os parece?
Además, la simpleza de la preparación también es muy de mi agrado.
Traje la pasta de Roma, del mercado de Campo di Fiori;tanta variedad y tanto colorido me volvieron loca así que opté por traerme un paquete que mezclara todo tipo de formas y colores posibles.Es la desgracia de viajar en avión...las compras tienen que ser muy limitadas y , casi que eso ayuda a que no me trajera parte de los mercados,flores de calabacín incluídas.
La receta surge de ,como tantas veces, abrir puertas de nevera y despensa y darle a la neurona;mi hija, con buen criterio me avisó de que esta pasta no se podía mancillar con una simple lata de bonito.
¡Bien Andrea!
El problema de esta pasta tan preciosa es que en la cocción pierde color así que opté por cocerla al dente,cinco minutos, tal y como decía el paquete y mandan los cánones.Al dente salió, perfecta para el paladar italiano y pelín dura para el nuestro,le habría hecho falta un minutín más.
Pero de color preciosa.
Ingredientes
Pasta fantasía según comensales
Una pechuga de pollo fileteada
Tomates secos en aceite
Sal
Pimienta
Tomillo
Aceite Virgen Extra
Agua
Preparación
Cocemos la pasta en agua con sal.Yo hice caso a las instrucciones del paquete y la tuve 5 minutos.
Escurrimos.
Salpimentamos las pechugas de pollo,añadimos unas ramitas de tomillo fresco y las hacemos a la plancha.
Para montar el plato ponemos la pasta en el fondo,por encima un par de filetes de pechuga y añadimos tomate seco al gusto.
Terminamos con un hilo de aceite virgen extra en crudo.