Tienen buena pinta, ¿verdad? ¿Qué os parece si vamos con la lista de ingredientes?
- 200 g de harina tamizada
- 150 g de azúcar
- 100 g de mantequilla
- 1 huevo
- Una pizca de sal
- Mermelada (la que prefiramos)
Cuando lo tengamos bien mezclado añadimos el huevo y batimos con unas varillas hasta conseguir una crema bien ligada, similar a la crema pastelera, pero un poco más líquida.
Mezclamos la harina con la sal y la vamos añadiendo poco a poco. Cuando esté integrada la harina que hemos puesto, añadimos un poco más, y seguimos hasta que terminemos con la masa. Si todavía se nos pega a las manos, añadimos un poco más de harina. Hacemos una bola, que cubriremos con film y guardaremos en la nevera un mínimo de 2 horas.
Espolvoreamos un poco de harina en la encimera. Sacamos la masa y la estiramos con un rodillo hasta obtener una capa fina, de unos 5 milímetros. Con un cortapastas les vamos dando forma.
Colocamos la mitad de las pastas en una bandeja de horno. Con un utensilio adecuado retiramos el centro de las demás y colocamos una sobre cada pasta, procurando que coincidan. Ponemos un poco de mermelada en cada agujero.
Horneamos las galletas en la parte media del horno durante 8 minutos a 160-180º C, hasta que estén ligeramente doradas por los bordes. Dejamos enfriar sobre una rejilla.
Son estupendas para servir a la hora de la merienda, con una buena taza de café o té. ¡Espero que las disfrutéis!