Las pastas de té tienen un sabor muy característicos que las hacen realmente adictivas y que con sólo olerlas ya sabemos que no podremos comer sólo una.
Pues en casa podemos conseguir ese sabor tan maravilloso dándole las formas que más nos gusten, y claro está perfectas para el té o en mi caso para el café.
INGREDIENTES:
- 200 grs. de mantequilla- 100 grs. de azúcar
- 1 huevo
- 200 grs. de harina de trigo
- 120 grs. de harina de maiz refinado (Maizena)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Pizca de sal
PREPARACIÓN:
Lo primero será mezclar la mantequilla (200 grs.) con el azúcar (100 grs.). La mantequilla debe estar blandita a temperatura ambiente.
A continuación añadimos el huevo y la cucharadita de esencia de vainilla.
Por último, incorporamos la harina de trigo (200 grs.), la maizena (120 grs.) y la pizca de sal. La tamizamos para que no queden grupos y mezclamos bien.
Podéis usar unas varillas eléctricas hasta conseguir una masa lisa y manejable.
Las ponemos un una manga pastelera con una boquilla rizada y procedemos ha hacer nuestras pastas.
En una bandeja de horno con papel sulfurizado vamos dando forma a las galletas del modo que más nos guste. En círculos, alargadas, etc...
Ahora el truco para que nos queden perfectas. Las vamos a llevar al frigorífico durante 1 o 2 horas. De esta forma se mantendrán cuando las llevemos al horno.
Pasado ese tiempo horneamos durante 18-20 minutos a 180ºC. Estarán listas cuando empiecen a dorarse ligeramente los bordes.
Dejamos que se enfríen.
Podemos decorarlas aún mas, por ejemplo pasándolas por un poco de chocolate derretido, o con un poco de mermelada de fresa antes de hornearlas o incluso con guindas...
... pero a mi me encantan su sabor tan característico de las pasta de té clásicas.
Con estas cantidades saldrán aproximadamente 40 galletas aunque dependerán mucho del tamaña que les demos.
¿Os animáis a probar?