Revista Cocina
Se nos va Febrero, el mes más corto del año, aquel cuyo nombre etimológicamente hablando hace referencia al verbo latino “februare” cuyo significado se concreta en “purificar”. Y es que en éste mes, los antiguos romanos purificaban los campos y a los hombres, en las fiestas y actos religiosos de purgación, que se llevaban a cabo dedicados a los dioses. Quizás siguiendo las costumbres romanas, Febrero sigue siendo hoy en día un mes especial en cuanto a fiestas populares se refiere en casi todo el territorio nacional.Un mes que si es importante en cuanto a su raíz etimológica, religiosa y festiva, no es menos importante o por lo menos curioso su adjetivación de locura: Febrerillo “el loco”.Un sobrenombre que se pierde en la memoria, un apodo bien antiguo que lleva tras de sí haciendo honor a lo revuelto del tiempo atmosférico, porque no hay que olvidar que Febrero es un mes corto, voluble y loco; nos trae viento, frio, nubes, sol…de todo un poco.
El refranero español nos dice: “Refranes que no sean verdaderos y febreros que no sean cortos, pocos”…y es que es cierto: “Febrero, febrerin el más corto, el más ruin”.Haciendo honor a su fama, el mes más corto del año una vez más, nos ha sorprendido cada día; nos ha regalado este mes que se termina días que de pronto amanecían grises y lluviosos, encapotados que de pronto se convertína en mañanas luminosas; tan pronto hacía un frio espantoso, que a las pocas horas el sol calentaba haciéndonos creer que la primavera ya había llegado a Málaga.Y los malagueños nos hemos dejado llevar, una vez más por los vaivenes de éste tiempo loco, un día muertecitos de frio y otro contemplando los almendros ya en flor, o las vinagretas que empiezan a adornar y alegrar nuestras calles, saliendo en cualquier trocito de tierra Un día nos extasiamos con la furia de las olas batiendo las rocas y las playas y otro nos embelesamos con el azul plateado de la mar en calma, mirando el reflejo de la luna, reflejada entre la espuma blanca rompiendo en el mismo rebalaje a la caída de la tarde, cuando el mar toma ese color malagueño: el gris marengo.
Febrero nos obsequia sobre todo, a los malagueños con ésa luz especial que nos anuncia el final del invierno….y si no, como dice el refranero español: al mal tiempo: buena cara.Mañana, último dia de Febrero es fiesta en Andalucia, por lo que Mi cocina, cierra unos días y como, bien dice el refrán, a nadie le amarga un dulce, y la pastelería tiene el don de saber despertar los sentidos, cualquier momento es bueno para hornear, preparar y saborear un buen dulce ¿no les parece?
¿Y qué mejor que uno rápido, fácil de preparar y sencillamente delicioso?Les animo a despedir Febrero, con éste pastel, relleno de nata montada y coronado de un glaseado con whisky irlandés y muchas, muchas avellanas…..
Ingredientes:Una masa de hojaldre refrigerado (no congelado) (lo suelo comprar en cualquier gran superficie), 150 gramos de azúcar glas, una copa de whisky, dos cucharadas soperas de agua, avellanas (cacahuetes) tostadas y saladas, un bote de nata para montar.Los pasos a seguir:Precalentar el horno a 180º C. Meter un bol de cristal (donde se vaya a montar la nata) en el frigorífico.Machacar en un mortero los cacahuetes (que los malagueños solemos llamar avellanas.Partir por la mitad el hojaldre y colocarlos en la bandeja del horno, dejándolos (siguiendo las instrucciones del fabricante) hornear durante unos quince minutos (hasta que estén dorados).Una vez doradas, sacarlas del horno y recortar los bordes.Sacar el cuenco del frigorífico y montar la nata, añadir sin dejar de batir, tres o cuatro cucharadas soperas de azúcar glas (la cantidad en función de cómo guste de dulce la nata). Reservar. En una cacerolita mezclar el resto del azúcar glas, con dos cucharadas soperas de agua y la copa de whisky y llevarlo a ebullición, removiendo hasta obtener el almibar deseado.Montar el pastel:En la primera plancha de hojaldre untar una capa de nata (la altura que deseen)Colocar la otra plancha de hojaldre encima de la nata, bordear el pastel con el resto de la nata.Utilizando una pala, verter el almibar encima de la plancha de hojaldre (Antes de aplicar el glaseado dejar que el hojaldre se enfríe), dejando un poco para las avellanas.Colocar avellanas y bañarlas con el resto del glaseado…Meter en el frigorífico hasta la hora de llevar a la mesa….
Buen provecho y buen fin de semana.
Me permito felicitar a todos los Andaluces, día de la Comunidad Autonómica Andaluza…
Disfruten de mi tierra….