¿Os apetece probar un pastel super rico y facilito de preparar?....pues os habéis topado con él. Este lo hice para celebrar el día del padre y el éxito que tuvo fue rotundo. No es para nada empalagoso ni peca de azucarado, tiene una textura ligera y un sabor fresco y suave. Sin duda hará las delicias de quienes lo prueben.
Ingredientes:
- 250 grs de dulce de membrillo.
- 500 mls de leche.
- 250 grs de queso blanco para untar.
- 50 grs de azúcar.
- 4 hojas de gelatina.
- 2 sobre de cuajada.
- Sobaos.
- 50 mlts de zumo limón.
Preparación:
- Cubrimos el fondo de un molde rectangular y desmoldable con papel sulfurizado.
- Luego vamos colocando sobaos hasta cubrir el fondo por completo.
- Vertemos la mitad de la leche en un cuenco, añadimos la cuajada y removemos hasta integrarla.
- La leche restante la colocamos en un cazo puesto al fuego, añadimos el azúcar y mezclamos hasta que se disuelva.
- Llevamos a ebullición e incorporamos la leche con la cuajada sin dejar de remover.
- Hervimos de nuevo y apartamos el cazo del fuego.
- Agregamos el queso y mezclamos hasta obtener una crema sin grumos y homogénea.
- La vertemos por encima de los sobaos con cuidado y dejamos templar.
- Cubrimos con papel film y reservamos en la nevera hasta que la preparación esté cuajada del todo.
- Dejamos la gelatina unos minutos en remojo con agua fría para hidratarla.
- Exprimimos el limón, lo colamos y lo calentamos sin que llegue a hervir.
- Apartamos del fuego, añadimos la gelatina bien escurrida y removemos hasta que se disuelva totalmente.
- Trituramos el membrillo en el vaso de la batidora y le añadimos la gelatina. Mezclar bien.
- Repartirlo sobre el pastel de queso cuajado y reservar de nuevo en la nevera hasta que el membrillo esté bien consistente.
- Servir con nata montada y fresas.