Revista Cultura y Ocio

Pastoralia. George Saunders

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Pastoralia. George Saunders
     "En Roblemar no hay mar ni hay robles, sólo un centenar de apartamentos subvencionados con una vista trasera de FedEx."
     Tras leer Diez de diciembre me quedó la curiosidad por este nombre, George Saunders. No hace mucho me encontré con Pastoralia así que aprovechando que los relatos me gustan para las épocas vacacionales, me lancé a su lectura con curiosidad por el tono del autor. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Pastoralia.

     Saunders nos ofrece una novela corta y cinco relatos en los que da voz a los estratos bajos de la sociedad. Solo que en esta colección de títulos que reconocemos como distopía, aunque no tenemos claro si es en un futuro lejano o tal vez demasiado cercano, sus estratos bajos no son los habituales. Ël da voz a quienes están acostumbrados a no levantarla y a mantener la cabeza baja en su trabajo, casa o vida social. Y nos muestra su percepción y la ajena convirtiendo este libro en un conjunto brillante en contenido y forma.
     Pastoralia es... Pastoralia es una suerte de parque temático que aparece en el primer relato. En él una pareja imita a trogloditas para los visitantes. Se nos antoja extraño, pero poco más. Hasta que descubrimos que no tienen más vida, que no importa nada más para sus jefes. Hay que obedecer y mantenerse en el papel mientras dure el horario y luego retirarse en silencio, y da igual tu casa o tu persona mientras cumplas las normas. Y aún así nunca es suficiente, tal vez tengas que delatar a tu compañera porque no las cumple. Pero lo temes, y te atrapa el temor a dejarla sin empleo mientras luchas con el temor a perderlo tú si se enteran que no la delataste: eso también es incumplir. Y entonces Pastoralia se convierte también en un parque de pesadilla para el empleado y el lector que asiste a esta alienación sin saber como de lejos queda el futuro presentado por Saunders. Y esto es solo el principio.
     Disecciones de pequeños momentos o grades hitos como puede ser el regreso de una tía muerta a Roblemar, un lugar habitado por una familia desastrosa que necesita ser reconducida. Winky presenta de forma brillante las relaciones familiares entre un hermano y una hermana que se muda con él. Y otra familia asoma en La felicidad del peluquero, y una vez más nos resulta familiar. Madres que hablan a hijos de exigencias a la hora de encontrar mujer, hijos que asienten. Y todo ello regado con un toque de sarcasmo: cada vez.
     El fragmento de hoy es mínimo y ni siquiera pertenece al primero de los relatos. Pero creo que representa a la perfección el desencanto y también la aceptación del mismo por parte de quienes residen en este lugar.
     Y es que pronto apreciamos el punto común de sus relatos; el conformismo, las relaciones familiares o laborales, y como se diluyen las personalidades poco a poco en vidas grises que avanzan por inercia mientras deciden si hacer algo o permanecer igual. Ese es precisamente el punto de enganche del autor, ese "esto me suena", "esto podría ser" y ese toque de realismo imposible ante la actitud de sus protagonistas. No es un libro de antihéroes que luchan por la justicia y la igualdad o se granjean la admiración y son nombrados presidentes. Tal vez busque convertir en ese antihéroe al lector que se indigna ante alguna, sino todas, de las situaciones que nos presenta como habituales. O tal vez sean simples cuentos que a mi me han hecho reflexionar y esto es la mirada de un lector sobre seis historias. Pero eso es lo bueno de la literatura, o de la buena literatura: las distintas percepciones.
   
     Pastoralia es un gran libro de relatos de una de esas voces a tener muy en cuenta dentro del panorama literario. Repetiré.
     Antes comentaba que hay libros que cambian dependiendo del lector ¿no os ha pasado que a veces tenéis la sensación de haber leído un libro distinto al del resto del mundo?
     Gracias

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