Revista Historia
En ‘CrimenyCriminologo’ seguimos conociendo a los intrépidos y valientes periodistas del semanario de sucesos ‘El Caso’. En esta ocasión, el turno es para el periodista, reportero especializado en sucesos, escritor y chef, Pedro Avilés. Este genial informador desarrolló su carrera desde 1976 a 2009 en distintos medios de comunicación, entre los que destacan la revista Semana, Diario El independiente, Diario Ya, Radio Cadena española, los semanarios ‘El Caso’ e Interviú; asimismo fue responsable durante tres años de la sección de crímenes sin resolver del programa Día a día de Telecinco.En el año 2009, Pedro Avilés, abandonó el periodismo y comenzó a estudiar Técnico Superior en Restauración. En 2011 consiguió su título de chef y en 2012 se fue a la isla de Naxos, en Grecia, a montar Anda Jaleo, su propio restaurante de gastronomía española.¿Cómo entró 'El Caso' en su vida?Tenía yo unos quince años y una tía mía lo leía. Yo siempre le decía que aquello no era periodismo, que no sabía cómo podía leer esa porquería. Años después, se me presentó la oportunidad de trabajar en El Caso. Acepté por motivos económicos. Mi sorpresa fue mayúscula cuando comprobé que en el caso había un cuerpo de reporteros auténticos que viajaban cada semana a los lugares más alejados de la geografía nacional para elaborar el reportaje, hablando con todo el mundo implicado. Cuando digo todo el mundo es así: la familia de la víctimas, la familia del asesino, si se conocía, los investigadores de Homicidios o de la Guardia Civil, los forenses, el cura que bautizó a la víctima y al presunto culpable, sus novias, novios y ex novios. Con todo el mundo. Se obtenía una información muy completa. Pronto me di cuenta de que El Caso era una auténtica escuela de periodismo de investigación.¿Qué recuerdos tiene de este semanario de sucesos?Que era una escuela de periodismo de investigación y de reporteros.¿Qué diferencias existen entre el periodismo de sucesos de antaño y el actual?Ya no existe periodismo de sucesos tal como lo conocíamos. El periodismo de sucesos exige viajar, pisar el terreno durante tres o cuatro días. Ningún medio financia ya este tipo de periodismo. El reporterismo está muerto.¿Qué caso le marco más durante su etapa en el semanario?Fueron muchos los casos que pudieron impresionarme o marcarme. Pero quizá fue el suceso de Taliga, un pueblo de Badajoz, el que me marcó más. Un joven con síntomas de esquizofrenia, metió a un chaval de 12 años en una taberna, le puso un cuchillo al cuello, echó a todo el mundo de allí, cerró la puerta y le cortó la cabeza ante la vista de todo el pueblo. Después echó la cabeza a la chimenea. Fue en 1987.¿Qué artimañas usaba para conseguir la noticia?Muchas y diversas. Pero la principal de todas era tener una paciencia a prueba de bomba y mantener la calma cuando se hablaba con los familiares de una víctima que habían asesinado no hacia ni veinticuatro horas. Era muy importante hablar con ellos. Esas conversaciones eran de horas y horas. Una vez conseguida la confianza de la gente, tenían necesidad de descargar su pena sobre alguien que les escuchase. También hemos cometido allanamiento de morada algunas veces.¿Qué noticia del semanario jamás quiso dar o investigar?Ninguna.¿Qué caso recuerda con más cariño durante su etapa en este semanario?Todos ellos. Especialmente aquellos en que los familiares de las víctimas nos decían: ustedes no parecen periodistas. Eso era justo el secreto para ser un buen reportero de sucesos.¿Cómo se enteraban de las noticias antes que los propios agentes de la autoridad?Muchos vecinos llamaban al semanario antes de que a la Guardia Civil o a la Policía.¿Ha temido por su vida durante la investigación de alguno de los casos?Si. En un caso en Zaragoza un tipo nervioso esgrimió una pistola para echarme del bloque de viviendas en donde se había producido una muerte entre vecinos.Mauricio Anglés, el hermano de Antonio, me puso un cuchillo en el cuello para echarme de la puerta de su casa. Después he estado en alguna guerra también. Allí siempre teme uno por su vida.Supongo que tantas horas de calle dejarían también muchas anécdotas ¿Alguna que se pueda contar?Un padre al que habían matado a una hija en Huelva, en el cementerio delante de la tumba de su hija nos dijo: Ahora tengo una sorpresa. Cogió aire y se puso a llorar para que le tirásemos la foto.En el crimen de Puerto Hurraco nos metimos en casa de los hermanos Izquierdo y nos pillaron. El juez (un chico joven de nuestra edad, que estaba más nervioso que nosotros) nos preguntó: ¿por qué han entrado ustedes en la casa? Le respondimos: “No hemos podido evitarlo, señor juez. Somos periodistas”.¿Los sucesos vendían más antes, ahora o siguen interesando igual a la sociedad?Los sucesos siguen interesando a la gente por igual. Ahora los que han cambiado son los Medios. Con la entrada de Internet y nuevas tecnologías, el copypega y las televisiones con su inmediatez desprofesionalizada, se ofrece un producto de baja calidad periodística que no tiene nada que ver con el auténtico periodismo de sucesos que, como todo el periodismo, estás muerto. Ahora sólo prima el espectáculo. Y añadir espectáculo al suceso es un abuso y es absolutamente innecesario. El suceso en sí mismo es el espectáculo.