
Al principio de la película, conoceremos a Ralph y el mundo por dónde se mueve. Creo que en esta parte de la película no podía parar de decir "¡pero cómo mola!", y alucinaba. Son pequeños detalles que la hacen muy grande: cómo se mueven los personajes a través de los juegos (esa imagen de los personajes moviéndose por el juego de Pacman), la terapia de grupo de los malos, reconocer a personajes míticos de videojuegos y emocionarte al verlos ahí, cómo interactúan entre ellos, los 8 bits, los movimientos limitados de algunos personajes como en los videojuegos antiguos... De verdad, esta parte de la película es maravillosa. Y a mí me hizo sentir como una niña, aunque precisamente creo que los que iban conmigo cuando la vi y yo disfrutamos muchísimo más con la película que todos los niños de la sala, que se pierden la mitad de chistes y referencias.

La verdad es que, como ya habéis comprobado, me paso buena parte de la película encantadísima con todos lo que la forman, riéndome y pensando en lo amor que es todo. Cómo no iba a ser fan. Y bueno, no olvidemos la historia. Ralph aparenderá la importancia de la amistad, a hacer lo correcto y que no debe renunciar a ser uno mismo, ni por gustarle al resto del mundo. En este sentido, también tenemos a Vanellope, que está completamente sola y podemos ver cómo ha sufrido algo que podemos llamar bullying. Sin embargo, aprende a ser fuerte y lucha por sus sueños, sin dejar que los demás la destruyan. Aunque el malo, que no es tan malo, sea el protagonista; tenemos también al bueno, Felix. Felix es el bueno, así que todo siempre le ha ido bien y todos le adoran. Una vez sale de su juego, la vida se le empezará a complicar: sufrirá, sabrá ponerse en el lugar de otros, y hasta se enamorará. Y eso me lleva a Calhoun, la sargento de Hero's Duty, un personaje tremendamente amor que forma una atípica y genial pareja con Felix. Hay otros personaejs secundarios que también son memorables, como por ejemplo Sour Bill o Bill el Amargado. Me encanta.

Y, bajo mi punto de vista, considero que no tiene todo el reconocimiento que se merece. Estoy convencidísima de que si esta película la hubiera firmado Pixar, todo el mundo en todos lados la estaría alabando. Pero se ha cogido la manía de decir que Pixar es el estudio que hace buenas películas, como si Disney fuera algo menor que no es capaz de alcanzar ese nivel y hacer obras maestras. Venga ya. ¿Nos olvidamos de los grandes clásicos que ha dado Disney? ¿Me vais a decir en serio que Cars (y su segunda parte) o Bichos son mejores películas que Mulan, Hércules o Enredados (nombro estos ejemplos porque son películas de la misma época)? Ni de coña. Este año, Disney superó por muchísimo a Pixar. Si Disney llega a sacar Brave, le hubieran caído palos por todos lados. Y si Pixar hubiera sacado esta...lo dicho. Muchos ya dirían que es un nuevo clásico de animación.

Y último apunte: su banda sonora. Cuando acabó la película, nos quedamos a ver los créditos en el cine, y nos quedamos flipando al darnos cuenta de que una canción que sonaba estaba sonando en japonés. En los créditos averiguamos que la canción la cantaban las AKB48, el grupo de chicas más famoso de Japón ahora mismo, que nosotros conocíamos, pero no escuchamos porque es todo muy cute para viejos verdes. Pero la canción que tienen para esta película es un amor, y la verdad es que le pega muchísimo, porque el mundo Sugar Rush y hasta sus personajes son de estilo muy japoniano. ¡Sugah laaaaaaaash~!