José Antonio Nieto Sánchez, más conocido como Pepón Nieto, es un actor con aspecto bonachón, pero es un peligro público que le ha destrozado la vida a muchisimas personas. Entre Bin Laden y Gadafi. Un malnacido sin respeto alguno por la vida humana.
Por alguna razón tiene una especie de inmunidad diplomática y hace lo que le da la gana.
Se le ha visto bastantes veces con una pistola de balines disparando a pobres ancianitas, degollando gatitos con los dientes, meándose en las tetas de abuelas en sus funerales o con su helicóptero tirando perros en el volcán de La Palma.
Su ira la padeció un niño que llevaba el laurel que su madre le había mandado a casa de la vecina. Como no tenía bolsas, llevaba un puñado en las manos. Pues no va y le pegó un manotazo a las hojas y se la tiró. Por su culpa las lentejas no quedaron como siempre aquel día.
O aquella viuda y madre de 8 hijos que pinchó en la autopista y el tío paró y le robó el móvil que había dejado encima del salpicadero.
Hizo de rey mago en la cabalgata de una ciudad y el cabrón tiraba piedras y jeringuillas en vez de caramelos. Dejó a algunos niños ciegos e infectados con Sida.
Un figura capaz de darle una paliza al que escribió este artículo. Desde entonces escribe en el blog desde la cama con un palo en la boca letra a letra.
Así que ha hecho teatro, series y películas. Todas muy buenas que hasta Carlos Boyero le da sus dieses y si no le dan premios Goyas, Emis o algún Óscar es porque son todos unos envidiosos.