Esta semana guardo las telas, no por mucho tiempo, para sacar brochas y pinturas. Otra de mis pasiones es dar nueva vida a muebles y objetos que se han deteriorado con el tiempo, simplemente están anticuados o no van con la decoración. Actualmente existen en el mercado fabulosas pinturas, barnices y materiales que permiten hacer este trabajo en casa. Sólo un pequeño consejo si nunca te has aventurado ha realizar estos trabajos, las casas no se empiezan por el techo. Todo parece muy fácil hasta que te pones manos a la obra. Comienza por trabajos pequeños, como pintar cajitas, marcos de fotos... Poco a poco y según resultados, te podrás aventurar a realizar otros de más envergadura. Si tienes un mueble que merezca la pena por su valor, auque sea sentimental, sería una pena que terminara estropeándose por completo.
Hoy os enseño una mesita que rescaté de la casa de mis padres. Fue la típica mesita donde se encontraba el teléfono junto al sofá. Estaba muy deteriorada, sobre todo las patas pues se habían limpiado durante mucho tiempo con productos abrasivos que la estropearon. La hizo mi abuelo, artesano carpintero y ebanista. En otra ocasión os enseñaré el dormitorio que conservo de mis abuelos, hecho por él también. Además de tenerle mucho cariño, es una obra de arte. Ya ronda casi los 100 años.
Creo que merecía la oportunidad de volver a resplandecer, bonita y coqueta. Ya terminada ha quedado más actual y luce preciosa en mi dormitorio.
Pero... ¿La hubieras puesto en tu casa si te la encuentras así?
En las décadas de los 60 y 70 se utilizaban barnices sintéticos y se trataba la madera con tapaporos. Esa capa de polvillo blanquecino que veis en la foto es el tapaporos que hace que el barniz se adhiera mejor a la madera. Empezó a salir en cuento comencé a pasar una lija fina.
Pasé la lija por toda la pata hasta retirar todo el barniz antiguo. También por la tapa. Con un paño y una brocha quité todo el polvo. Barnicé la pata con un barníz al agua, con una brocha de cerdas muy suaves para dejar las menos marcas posibles. Una vez seco, volví a lijar muy suavemente y barnicé de nuevo. Así hasta tres veces.
Para pintar la tapa elegí pintura a la tiza Americana Decor. La brocha de cerdas muy suaves, que no suelte pelo. Como el barníz antiguo no estaba en buen estado, la lijé antes de dar la primera mano de pintura. Dí una segunda capa, lijando previamentete con movimientos circulares, sin apretar ni lijar en exceso. Ahora utilicé un rodillo pequeño en vez de brocha.
Estas pinturas son muy fáciles de usar pero es imprescindible respetar el tiempo de secado, sin prisas, mucho mejor si esperas 24 horas entre una y otra mano. Tendrá una mayor adherencia.
Existen barnices y ceras especiales para las pinturas a la tiza. Aportan mayor dureza. Yo no lo he visto necesario pues su uso va a ser decorativo y no necesita más protección.
Ya me iréis contando si tenéis alguna joya guardada que merece una segunda oportunidad. Seguro que sí. Una vez restaurada no olvidéis llevarla a 1+/-100 Desperdicio 0, donde mi amiga Marisa G: recibirá todos tus reciclajes y lucirán preciosos. Antes de tirar, piensa en dar una nueva vida a muchas cosas que tienes en casa.